Juventud y educación

Opinión Por: David Olivo

Juventud y educación

A los jóvenes que no les interesa la política se les dice que si ellos no deciden por sí mismos alguien más decidirá por ellos, pero poco se les habla de las formas que tienen para participar y de la destreza más profunda que pueden adquirir para abrirse paso en este país: la educación. No es ímpetu lo que le falta los jóvenes, sino atención por parte de servidores públicos y políticos que no han sabido conectar con sus necesidades.

Jorge Álvarez Máynez, ha sido el único candidato por la presidencia de la república que ha visitado 18 en menos de tres meses, desde el arranque de su campaña del 1 de marzo, 35 universidades. En todas ellas no sólo ha capitalizado el descontento y las necesidades de las y los jóvenes que se preparan para salir delante, sino que ha propuesto estrategias que les servirán para seguir alzando la voz y prepararse para mejorar su entorno y sus trayectorias de vida.

Y es que no tiene nada de malo nombrar las cosas como son: el brindar educación de calidad incide en que una persona joven esté mejor preparada para enfrentar el mundo. Desde una falsa izquierda austera, esta administración redujo el presupuesto destinado a sistemas educativos como los centros politécnicos e impulsó las universidades del Bienestar que están reprobadas en términos educativos ¿Bajo ese esquema es que los altos funcionarios de la 4T tienen a sus hijos? Por supuesto que no, incluso deviene hipócrita de su parte el proclamarse  a favor de la austeridad e impulsar universidades patito y tener a sus hijos inscritos en universidades privadas.

Máynez ha propuesto reiteradamente modificar el actual modelo educativo y alejarlo de todo adoctrinamiento ideológico y partidista. Las personas jóvenes necesitan datos duros, ciencia, arte y cultura, no ideas subjetivas que incluso pueden entorpecer su crecimiento en todos los aspectos.

Se ha pronunciado también a favor de las niñas y los niños menores de 6 años, que representan el 10% de la población, a fin de que reciban el 2% de presupuesto, ya que duplicarlo costaría 20 veces menos que bajar la edad de las pensiones, además de destinar mayor inversión a la educación inicial.

Tal y como se ha construido en países primermundistas, Máynez ha propuesto también para los menores un sistema educativo con corte constructivista, es decir: un esquema donde niños y niñas se diviertan aprendiendo y aprovechando al máximo sus grandes capacidades y talentos.  Ha enfatizado también la necesidad de modificar el sistema de desayunos escolares para que las y los estudiantes tengan una alimentación sana.

Ha pensado también en las personas jóvenes con dificultades económicas, a fin de ayudarles a reducir la deserción escolar, impulsando programas de matemáticas financieras con un enfoque en la perspectiva productiva para que les sea útil en su contexto familiar.

Máynez ha ido incluso más allá y ha considerado temas que habían sido rezagados por la vieja política: la tutoría o acompañamiento para alumnos que estén presentando problemas en sus estudios y el cuidado de la salud mental a través de diagnósticos y terapias.

El futuro es de las personas jóvenes, eso lo sabe Máynez y el tablero mundial que reconoce en ellas su fuerza e ímpetu para innovar y abordar temas complejos como el cambio climático y las estrategias de seguridad que apelan a la no violencia y desmilitarización.

Los temas son dinámicos y ante la revolución tecnológica son las y los jóvenes quienes están tomando la batuta en las decisiones de la vida pública y para continuar la educación es fundamental. De hecho el mundo es joven: de acuerdo a  la organización Our World in Data el mundo de hecho es joven: la edad promedio del mundo es de 30 años.

Los jóvenes son quienes pueden impulsar la participación y el voto informado entre sí, simplemente en México, la población joven representa el 30% del total de la población de acuerdo con los datos del último Censo de Población y Vivienda 2020 elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Soñar es el principio, el detonante de los grandes cambios. El segundo paso es la preparación y las acciones que se van derivando de ello. Cada vez se unen más personas al nuevo proyecto que apuesta al futuro y a la obtención de las mejores herramientas como la educación para construir un mejor lugar para vivir.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Enboga.

 

 

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