El 2023 termina con un saldo que deja mucho que desear en todos los rubros de vitales para las y los mexicanos… y por lo mismo, desgraciadamente, con el ímpetu de exigir estatura política a quienes nos representan y toman decisiones.

Basta ya de ideologías ridículas que dividen y que han dañado al mundo y a nuestro país. La historia nos ha demostrado como los extremos y el odio únicamente favorecen a los gobernantes que ganan con discursos fáciles y que se reducen a mencionar a “buenos y malos”. Desde el 2017 a 2022, el nivel de polarización en México aumentó hasta un 66%, según datos del Fondo Carnegie para la Paz Internacional. El encono y la división entre los mexicanos únicamente estorbará en el proceso y en la organización que se requiere para crecer como nación.

Por otro lado, el clima de polarización no favorece a la situación de México cuyas familias luchan por subsistir en tierras dominadas por el contra el crimen organizado. México se ubica en el lugar número nueve, de 26 países del continente, como la nación con la mayor tasa de asesinatos para el 2022, según el “Informe global sobre Homicidios 2023″ publicado por la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. La situación de seguridad es aterradora para 6 de cada 10 mexicanos, según las recientes Encuestas de Seguridad Pública Urbana (ENSU) levantadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Una razón común del fracaso gubernamental es la corrupción y falta de transparencia que se multiplicó en este Gobierno. Según el Índice Global de Estado de Derecho de World Justice Project ha retrocedido durante cuatro años consecutivos. Tenemos a 55.7 millones de mexicanos en situación de pobreza, con 35 millones desamparados médicamente por la cancelación de Seguro Popular e instauración del gran elefante blanco que fue el INSABI, así como las obras insignia de la 4T.

Y aún tenemos sorpresas para el 2024. Recordemos que es muy pronto para sacar vísperas respecto a los resultados electorales. Las elecciones en México nos han demostrado que no necesariamente los electores son fieles a los partidos: de hecho, según el más recientes estudio de Latinobarómetro México se encuentra dentro de los cinco países más descreídos del sistema político-partidario de América Latina.

Este 2023 nos deja también la urgente necesidad de actuar y exigir sensibilidad ante la adversidad. Ya ha iniciado el Proceso Electoral más grande de la historia, ya que este 2024 se elegirá a la Presidencia de la República, la totalidad del Congreso de la Unión y más de 20,000 cargos, por lo que será fundamental la participación activa de la ciudadanía, así como la voluntad de cambiar sistemas obsoletos y un compromiso continuo con la construcción de una democracia que es afectada tanto por la vieja política como por la transformación de cuarta, tal y como lo han dejado claro las y los senadores de Movimiento Ciudadano, que han defendido la urgente necesidad de designar a los 2 magistrados faltantes de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

En fin… ya no tenemos plan b. Ante el clima de adversidad no nos queda más que exigir la libertad que nos corresponde o perder valiosas oportunidades de inversión y crecimiento para México…. Y refiriéndome a la libertad como máxima para poder desarrollar nuestra persona, talentos, círculos sociales y patrimonio en una sociedad que verdaderamente le de voz a todas y todos. Esperemos que con la suma de voluntades el 2024 sea mucho mejor que este 2023, con una alternancia eficaz y mejores contrapesos en las instituciones, ya que ello es lo que fortalece las democracias.

Y con esto me despido, deseándoles a mis queridas y queridos lectores unas felices fiestas en compañía de los suyos.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Enboga.