Elecciones 2024 revela la fuerza de la oposición y el reto de la representación justa en el Congreso: Ciro Murayama

En las elecciones federales y locales de 2024, Morena y sus aliados lograron una contundente victoria, consolidándose como la principal fuerza política del país. Sin embargo, los resultados también reflejan que la diversidad política en México sigue siendo robusta y que ninguna fuerza política única puede reclamar representar a toda la ciudadanía, opina Ciro Murayama, ex consejero electoral del INE.

En la elección para la Cámara de Diputados, Morena obtuvo un 40.4% de los votos, el Partido del Trabajo (PT) un 5.4% y el Partido Verde un 8.3%, sumando en total un 54.1% de los votos emitidos. Por otro lado, los partidos de oposición alcanzaron un 41.9%. El Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) indica que los partidos de la coalición gobernante recibieron 29.4 millones de votos, mientras que la oposición obtuvo 22.7 millones. Esto implica que por cada diez votantes del gobierno, ocho lo hicieron por la oposición, mostrando una diferencia significativa, pero no abrumadora.

Morena, aunque es el partido más votado, no consiguió más de la mitad de los sufragios ciudadanos, situándose lejos de los porcentajes de apoyo que el PRI, en su declive como partido hegemónico, lograba en el pasado. A modo de comparación, el PRI alcanzó el 51% del apoyo en la Cámara en 1988, el 58% en 1991 y el 49% en 1994. Esta situación evidencia que Morena, al igual que el PRI en su momento, no puede proclamarse como el único partido legítimo del país, dado que representa solo una parte significativa, pero no mayoritaria, del electorado.

En la elección para el Senado, Morena recibió un 40.6% de los votos, y sumando el 5.35% del PT y el 8.84% del Partido Verde, obtuvieron un 54.8%. La votación combinada de los partidos opositores alcanzó un 41.4%. Así, la proporción de votos en el Senado es similar a la de la Cámara de Diputados: por cada diez votos a favor del gobierno, casi ocho fueron para la oposición.

De acuerdo con las estimaciones del conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE), la coalición gobernante podría obtener más del 66% de los asientos en la Cámara de Diputados con apenas el 54% de los votos. Este resultado, de concretarse, podría conducir a una sobrerrepresentación en el Congreso, superando los límites establecidos por la Constitución, que permite un máximo de 8 puntos porcentuales de diferencia entre el porcentaje de votos y de curules.

En la conferencia de prensa matutina del lunes, la secretaria de Gobernación afirmó que la coalición de Morena obtendría el 73% de los asientos en la Cámara de Diputados, a pesar de haber obtenido poco más del 54% de los votos. Esto subraya la necesidad de que la asignación de legisladores de representación proporcional por parte del INE se ajuste estrictamente a la Constitución para evitar una sobrerrepresentación que distorsione la voluntad popular.

La diversidad política reflejada en las urnas demuestra que, aunque Morena y sus aliados han conseguido una victoria significativa, la pluralidad de la sociedad mexicana sigue vigente. Cualquier intento de cambiar el régimen político para eliminar la representación de las minorías en el Congreso o socavar la división de poderes sería, sin duda, un grave retroceso para la democracia en México.

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