Opinión Por: David Olivo

La clave de la prosperidad de los países está en el perfeccionamiento de sus instituciones autónomas, poderes y contrapesos. Ello es lo que verdaderamente fortalece los sistemas democráticos. En México tristemente ha sucedido que los mismos grupos políticos al llegar a gobernar por la vía democrática quieren más poder, sin importar que ello implique demoler los esfuerzos de la ciudadanía por vivir en una sociedad más justa y equilibrada.

Lo que ha pasado estos días en el Senado de la República es una clara radiografía de los verdaderos intereses de quienes para mal representan a los mexicanos. Por un lado, se encuentra la designación de la nueva Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en términos del artículo 96 de la Carta Magna, ya que después de dos ternas remitidas por el Presidente no hubo acuerdo en el Senado para elegir al perfil idóneo, por lo que ocupará el cargo la persona que designe el Presidente. En el fondo lo que quería obviamente el grupo del oficialismo es que la nueva persona ministra sea cercana a ellos y su obsoleta ideología que en nada ha contribuido al crecimiento de México.

De igual forma, otro golpe a la vida democrática que ha intentado asestar el oficialismo en complicidad con el PRIAN ha sido la falta de designación de dos magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), ya que la misma Cámara de Senadores tiene pendiente realizarlo. Tal y como lo sentenció el dirigente nacional de Movimiento Ciudadano en su posicionamiento del pasado 13 de diciembre en el Senado: estamos vivienda una crisis de gobernabilidad inaceptable en el país. Todo esto ha sido orquestado desgraciadamente por la política tradicional y sus dirigencias partidistas que están sumidas en el descaro total al darle la espalda a la comunidad y a México.

Las y los líderes de Movimiento Ciudadano han dialogado con las diferentes fuerzas políticas a fin de construir un diálogo propositivo y dejó clara su postura de atender la urgente necesidad de designar a los Magistrados Electorales, a diferencia de la vieja política que está plegada a un régimen que ignora totalmente la estabilidad social y el Estado de Derecho. También dejaron claro que no se puede hacer caso omiso de los posibles problemas que esto podría acarrear para el Proceso Electoral 2023-2024 que se está viviendo y que será el más grande y complejo de la historia.

Ante acciones como esta, el destino del partido tricolor pinta por desaparecer o por reducirse a ser un satélite de Morena, ya que en el no confían 7 de cada 10 mexicanos, y pronto cada vez más personas se irán decantando de Morena también, ya que se supo vender como algo distinto, pero en el fondo reúne lo peor del PRI hegemónico e hiperpresidencialista.

Movimiento Ciudadano que ha luchado por la estabilidad social defendido el Estado de Derecho, ha votado en contra de las iniciativas dañinas del presidente, a diferencia del PRI que votó a favor de la extensión de mandato del Presidente de la Suprema Corte, de la prisión preventiva oficiosa y la militarización del país, entre otras.

Al contender sin las alianzas con la política tradicional, Movimiento Ciudadano es el único que expresa la clave para el cambio: inclusión, igualdad, diversidad y la legalización y no criminalización. Sus líderes al defender las atrocidades como las que han ocurrido en el Senado, dejan en claro que sí piensan en todos los grupos sociales que han sido excluidos de la vida pública.

Sé que en México sobra decir que en esos temas estamos a años luz de países primermundistas, pero al menos hay que encaminar los pasos a ello y uno muy importante es analizar las decisiones que se toman desde el poder público del país, poniendo en alto riesgo la estabilidad de todas y todos.