Los números no mienten y en los pasillos del poder veracruzano ya se susurra lo impensable: Movimiento Ciudadano, el partido que todos subestiman, estaría a punto de dar la campanada electoral más sonada de la década. Fuentes bien informadas revelan que en el peor escenario, MC se alzaría con 30 triunfos municipales, pero si el viento sopla a su favor este 1 de junio, la cifra podría dispararse hasta 45 alcaldías. El escenario que tiene nerviosos a morenos, priistas y panistas es claro: MC se convertiría en la segunda fuerza política de Veracruz, dejando atrás al PAN y amenazando seriamente el dominio de Morena.¿Será esta la revancha dorada de Dante Delgado?
MARINA DEL PILAR EN LA MIRA
La gobernadora morenista de Baja California acaba de sumarse a un club muy exclusivo: el de funcionarios mexicanos a quienes Estados Unidos les ha negado la entrada. En un mensaje grabado de apenas 9 minutos -sin derecho a preguntas, qué casualidad- Marina del Pilar Ávila intentó desactivar la bomba mediática asegurando que la cancelación de su visa fue “meramente administrativa”. Pero entre líneas, el mensaje huele a chamusquina: “No he cometido ningún delito”, repitió como mantra la morenista, mientras en Washington se limitaron al frío comunicado de rigor sobre “confidencialidad de visas”. ¿Qué sabe el Departamento de Estado que nosotros no? Las teorías vuelan: desde vínculos con empresarios cuestionables hasta sospechas de corrupción. Lo cierto es que este revés diplomático llega en el peor momento para Morena, justo cuando intenta proyectar una imagen de limpieza.
NAHLE CLAMA POR AYUDA FEDERAL
La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, dio un espectáculo de doble moral que dejó boquiabiertos hasta a sus propios correligionarios. Tras el brutal asesinato de Yesenia Lara, candidata morenista en Texistepec, Nahle salió al quite con un guion previsible: prometió justicia mientras señalaba con el dedo a la oposición como “generadora de violencia”. Pero aquí viene el platillo fuerte: en el mismo discurso donde negó fallas en el modelo de seguridad (¿en serio, Rocío?), corrió a pedir auxilio a la SSPC federal. Harfuch y sus hombres ya están en camino, porque al parecer el esquema estatal no da para más. La cereza del pastel: su amenaza velada de no trabajar con alcaldes opositores si ganan en junio. El mensaje es claro: para Nahle, la violencia sólo existe cuando mata morenistas. Mientras tanto, Veracruz sigue ardiendo y la gobernadora, en lugar de asumir responsabilidades, prefiere el viejo juego de señalar a otros.
