Lo que prometía ser una velada inolvidable para miles de fans de Coldplay terminó convirtiéndose en el epicentro de un escándalo que ahora sacude tanto a la industria musical como al mundo corporativo. Todo sucedió en uno de los conciertos de la banda británica en Boston, donde una de las tradicionales dinámicas del show, la famosa “Kiss Cam”, reveló un momento incómodo… y bastante comprometedor.
En medio del espectáculo, cuando el vocalista Chris Martin se dirigía al público con una sonrisa cómplice, la cámara enfocó a una pareja aparentemente cariñosa entre la multitud. Pero lo que parecía un momento romántico se tornó rápidamente tenso: los dos protagonistas, abrazados al principio, se separaron visiblemente incómodos en cuanto aparecieron en la pantalla gigante del estadio. Las sonrisas desaparecieron de sus rostros y, sin saber cómo reaccionar, intentaron evadir la cámara como si eso fuera posible ante miles de espectadores.
La reacción del público no se hizo esperar: murmullos, risas nerviosas y teléfonos grabando. Lo que parecía un simple malentendido pronto tomó otro matiz cuando el video se viralizó en redes sociales, y los internautas comenzaron su habitual trabajo de investigación. Lo que descubrieron dejó a todos boquiabiertos.
El hombre del video fue identificado como Andy Byron, CEO de Astronomer, una firma de orquestación de datos valorada en más de mil millones de dólares. Pero eso no fue todo: la mujer que lo acompañaba resultó ser Kristin Cabot, directora de Recursos Humanos de la misma empresa. El detalle que encendió las alarmas fue que ambos están casados… con otras personas.
El clip, que ya ha sido reproducido millones de veces en TikTok, X (antes Twitter) y otras plataformas, incluso llegó a parar en el LinkedIn de la esposa de Byron, quien hasta ahora no ha emitido declaraciones. Esa red social, usualmente reservada para temas profesionales, se transformó de pronto en escenario de solidaridad, indignación y comentarios de todo tipo, muchos de ellos cuestionando el comportamiento ético de ambos ejecutivos.
Hasta el momento, ni Astronomer ni los involucrados han dado declaraciones oficiales, pero las repercusiones ya se sienten tanto en la reputación de la empresa como en la vida personal de los protagonistas del escándalo.
Mientras tanto, el concierto de Coldplay sigue resonando no solo por sus efectos especiales y su conexión con el público, sino por haber sido, sin querer, el escenario de la infidelidad más comentada del verano. Porque, como dice una de sus canciones más icónicas, “nobody said it was easy”… y menos cuando te enfoca la Kiss Cam.
