Con más de 500 aficionados rendidos a su historia, este martes se llevó a cabo en la Unidad Deportiva Eufrasio Santana la develación de una impresionante escultura dedicada a Julio César Chávez, leyenda del pugilismo mexicano.
La pieza, un coloso de más de 3.5 metros de altura y aproximadamente 4 toneladas, fue tallada completamente a mano por el maestro Edgar J. Díaz, usando seis bloques de piedra extraídos de la emblemática Rumorosa. La ejecución artesanal y monumental del artista local refleja, en cada acento y contorno, la disciplina, el esfuerzo y la fuerza que definieron la carrera del “César del Boxeo”, y que hoy resuenan en cada rincón del “pueblo mágico” tecatense.
Un homenaje coordinado desde la sociedad civil
Este homenaje fue posible gracias al impulso creativo de Díaz, apoyado por Carmen Romero, representante local de la Sociedad Mexicana de Artistas de las Artes Plásticas (SOMAAP), y respaldado por el Gobierno Municipal de Tecate, liderado por el alcalde Román Cota; además, contó con aportaciones clave del patrocinador Fidel Villanueva, el regidor Paco Barraza Chiquete y figuras estatales de la entidad cultural.
Estatua de Julio César Chávez en tecate Baja California #juliocesarchavez pic.twitter.com/aUybxE0uvS
— FLAKO_RR🥊🥊 (@FLAKO_RR) August 8, 2025
Chávez presente, emocionado, cercano
Julio César Chávez no solo estuvo presente: fue el alma del momento. “Es un honor que esta obra esté en Tecate, tierra de gente luchona y trabajadora. Gracias por tanto cariño”, expresó conmovido ante los asistentes. Luego, compartió su visión con la juventud: “Los sueños se hacen realidad… con esfuerzo, dedicación, perseverancia… pero lo más importante es la disciplina”, alentó. Como broche simbólico, estampó su autógrafo en el brazo derecho de la escultura, dejando una huella literal e intangible del momento.
Un legado para el presente y el futuro
Además de honrar su trayectoria —107 victorias, 6 derrotas, 2 empates, y múltiples campeonatos mundiales en tres divisiones—, la escultura se erige como faro inspirador para nuevas generaciones: una pieza que conserva el rito del homenaje, la mirada al siguiente round, la vigencia del boxeo mexicano como forma de vida.
Amantes del box, esta escultura no solo inmortaliza a un campeón: le devuelve su dimensión humana, palpable y cotidiana. Y en Tecate, esa dimensión ahora se puede tocar con la mirada.
