El Volkswagen Beetle de 1996 de Janette Navarro ruge mientras sube una empinada colina con vistas a casas de concreto apiladas como cajas a las afueras de Ciudad de México. Ella pisa el pedal y adelanta a otro Beetle de color lima como el suyo, después a otro amarillo y rojo y luego a otro pintado de color azul brillante. “Ningún otro coche llega hasta aquí”, dice “Sólo el vocho”.
Puede que el Beetle de Volkswagen, o “vocho”, como se le conoce en nuestro país, naciera en Alemania, pero en este Cuautepec, en la periferia de la Ciudad de México, no hay dudas al respecto: el “escarabajo” es el rey.
En #Cuautepec, toda la gente se ha visto empujada a usar un medio de transporte en especial: ¡el vocho!
— Milenio (@Milenio) February 12, 2019
Ésta es la historia de 'Vocholandia', el barrio de la #CdMx atrapado en el tiempo pic.twitter.com/rAjUZgsQDk
El Beetle tiene una larga historia en la amplia capital del país. Los modelos antiguos como este, que servían de taxis, salpicaban las cuadras de la ciudad y ofrecían una imagen pintoresca que fascinó a muchos en todo el mundo. Durante mucho tiempo se le llamó “el carro del pueblo”.
“Para nosotros, el vocho es como parte de la familia. No podemos imaginar nuestras vidas sin ellos”, dice Navarro, la conductor de un vocho y vecina de este lugar
Vale la pena señalar que los amantes de este modelo de carro de Volkswagen ha reinado durante más de dos décadas en Cuatepec, e incluso todos los amantes de este carro tratan de mantener en perfectas condiciones sus “vochos” a pesar de la edad de estos carros.
Asimismo, cada semana, los entusiastas del Beetle se reúnen en el mercado local para intercambiar historias y piezas de repuesto. Algunos incluso han adaptado sus vehículos con tecnología moderna sin perder el encanto vintage que hace que los vochos sean tan queridos en México.