José Ramón López Beltrán, hijo del presidente de México, utilizó hoy sus redes sociales para criticar la reacción de Maluma durante su concierto en la Ciudad de México. En su publicación, López Beltrán escribió:
“Con todo respeto, tu música romántica es buena, pero cuidar al público no es jugar a papá. La mamá fue irresponsable, pero tú, @maluma, te viste más pose, prepotente y fantoche que artista profesional.”
Su mensaje, que circula ampliamente en plataformas digitales, critica tanto la actitud del cantante como lo que considera una exageración moral del artista al detener el show para reprender a una fan que llevaba a su hija de un año al concierto.
El incidente que desencadenó la polémica
Durante su presentación en el Palacio de los Deportes en la CDMX, Maluma detuvo su actuación al percatarse de una mamá que sostenía a su bebé sin protección auditiva. Según medios, el colombiano expresó:
“¿Un año? ¿Usted cree que es buena idea traer a un bebé a un concierto con decibeles a ese nivel?” “Ese niño ni sabe qué está haciendo aquí… Protéjale los oídos o algo… Ese bebé no quiere estar aquí, y usted lo menea como si fuera un juguete.”
Este acto generó opiniones encontradas: algunos elogiaron su intención de cuidar al público infantil, mientras que otros señalaron un exceso de protagonismo o incluso humillación pública.
Debate público e implicaciones sociales
1. Responsabilidad y ejemplos públicos
El comentario de López Beltrán abre el debate sobre el rol que artistas y figuras públicas tienen al señalar conductas en espacios masivos. Mientras algunos defienden el compromiso de Maluma con la seguridad, otros lo cuestionan por sobrepasar su función artística.
2. Ética y actuación del artista
¿Se trata de una acción responsable o de una exhibición pública innecesaria? El debate apunta a si la conducta del cantante fue una advertencia valerosa o una postura autoritaria disfrazada de preocupación.
3. Impacto político
Que un miembro de la familia presidencial se pronuncie en estos términos añade carga política al asunto. En un escenario donde la vida pública y privada convergen constantemente, este tipo de mensajes resuena más allá del entretenimiento.
El regaño de López Beltrán desde sus redes simplemente no se limita a una crítica personalizada: pone en el centro el debate sobre la esfera de responsabilidad del artista, el papel vigilante versus moralizante del intérprete y los límites de la exposición pública. También pone luz en las actividades y prioridades que tiene el hijo del ex presidente y líder de Morena, tras varios señalamientos y cuestionamientos respecto a sus actividades y negocios.
