La tensión estalló dentro del Centro de Reinserción Social de Tuxpan, Veracruz donde un grupo de internos se amotinó durante varias horas en protesta por el control que aseguran ejerce la organización criminal conocida como Grupo Sombra al interior del penal. El reclamo principal: no quieren seguir siendo dominados por los líderes criminales y exigen una intervención real de las autoridades.
Los internos lograron tomar el control del penal durante un lapso prolongado, encendieron fogatas y grabaron videos desde el interior, los cuales comenzaron a circular en redes sociales al anochecer del día de ayer. En las grabaciones, los reclusos acusan directamente a los mandos penitenciarios de permitir el ingreso de drogas, violencia sistemática y hasta ejecuciones ordenadas desde dentro del centro penitenciario.
“Esto está pasando porque el Grupo Sombra ya nos tenía bien sometidos (…) }con el apoyo del director, del segundo, del 49, con el apoyo de toda la gente, metían droga… son la gente que mandó matar a la maestra”, se escucha en uno de los videos.
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) confirmó el amotinamiento a través de un comunicado oficial. Indicó que, con apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, ingresaron al penal para retomar el control mediante un operativo que también atendió a personal lesionado durante el disturbio.
La SSP informó que tres internos señalados como iniciadores del motín fueron trasladados a otro penal. Sin embargo, los internos desmintieron esta versión a través de más videos difundidos desde el interior, donde alertaban sobre personas quemadas y aseguraban que buscaban negociar con las autoridades penitenciarias, no simplemente provocar desorden.
Denuncia interna: penal operaba bajo crimen organizado
Un día antes del motín, comenzó a circular un video en el que una persona identificada como Óscar Jair Vázquez Cabrera, quien afirmó haber trabajado como custodio en el penal de 2023 a 2025, denunció abiertamente el control que Grupo Sombra tenía sobre el reclusorio. Aseguró que durante su periodo de servicio, operaban bajo las órdenes de los directivos Antonio Huesca Figueroa (director), Juan Carlos Arriaga Correa (subdirector) e Iván Ruiz Pérez (comandante de grupo).
Según su testimonio, el penal era manejado directamente por el cabecilla criminal identificado como “Ambrosio” y, posteriormente, por otro interno llamado “Jamed”. Los custodios, dijo, recibían pagos entre 300 y 400 pesos semanales por permitir operaciones ilícitas, mientras que al comandante se le daban hasta mil pesos. También denunció que las drogas ingresaban mediante taxis disfrazados de repartidores de mercancía.
“En 11 estancias encerraban a los reos que se negaban a ser extorsionados y los golpeaban frente a los líderes del grupo criminal.”
El motín dejó en evidencia la profunda crisis de gobernabilidad y corrupción dentro del sistema penitenciario. Los internos, armados con palos, encapuchados y decididos, buscaron visibilizar lo que consideran una red criminal que opera con complicidad de autoridades. Aunque el orden fue restablecido, los testimonios y videos apuntan a que el problema de fondo persiste.
