Opinión Por: Enrique Andrade González
Democracia sin fronteras: Proyecciones para 2025
Ya en estos tiempos que empezamos a vivir el fin del año, podemos programar de alguna forma, en lo personal, nuestros compromisos para 2025: escuelas, pago de viviendas, renta o hipoteca, salud y probablemente vacaciones. Desde ahora sabemos que el año no será fácil, pero pensamos que, en lo general, si hay trabajo y apoyos, se podrá sobrellevar.
Esto está condicionado a que no aumenten, por ejemplo, impuestos, gasolina, pago de servicios, etc. Ya que cualquier diferencia nos puede cambiar la proyección que habíamos hecho, o si viene alguna enfermedad, o nos suben la tasa de interés o la renta, o deja de llegar el programa social, o se pierde el empleo, porque entonces ya no habrá cómo hacerle.
Así sucede con el país. En estos días se estará aprobando la proyección de ingreso y gasto para el próximo año, lo que es importante porque el ingreso se calcula con base en el año anterior y el gasto también depende, en gran medida, de lo realizado en los últimos años. Un tema que había dejado de serlo desde hace algunas décadas y que hoy ocupa un lugar primordial es el endeudamiento público y el pago de la deuda, que ahora ocupa el 50.2% del Producto Interno Bruto; es decir, de todo el dinero que se proyecta gastar, la mitad se nos va a ir pagando créditos.
Para el próximo año se calcula una inflación moderada de 3.5%, lo que sería positivo, ya que representa que lo que hoy nos cuesta 10 pesos, mañana costará 10.35, algo que no suena excesivo. Dentro de las buenas noticias, se mantienen los estímulos para sectores estratégicos de desarrollo económico y cultura, además de que no se incrementan ni hay nuevos impuestos.
Algo que hasta ahora se ha criticado es que se reduce el presupuesto de salud, seguridad y educación, pero se aumenta el de programas sociales. Es decir, en lugar de gastar en salud por si te enfermas, yo te doy el dinero y tú lo gastas en lo que necesites. Funciona para salud si hay medicinas, pero no para educación.
La proyección, sin embargo, parece responsable, considerando que con sus mayorías en este tema también pudieran aprobar lo que fuera. Como hemos visto, un factor que puede resultar igual de caro que una enfermedad familiar es el factor Trump. ¿Cuánto va a costar detener a las caravanas migrantes, como la que ya se encuentra cruzando Chiapas provenientes de Centroamérica? ¿Cuánto va a costar deportar o mantener a un millón de personas deportadas de E.U.A. al año, como ha amenazado? ¿Cuánto va a pedir que México aporte para frenar el fentanilo?
Cualquier proyección familiar o nacional no puede ser 100% precisa y siempre habrá ponderables, pero ojalá estemos pensando en ese plan B que siempre es necesario y que no nos gustará usar. Sin embargo, puede ser la única alternativa, máxime si Trump así lo dispone.
* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Enboga.