Opinión por: Enrique Andrade González
Democracia sin fronteras: La corte que viene
Existe y desde hace tiempo un clamor de justicia en el país sigue habiendo el hambre y la sed que decía Colosio, la reforma puede ser un camino para que esta anhelada esperanza pueda llegar realmente al pueblo, una justicia que no tarde en impartirse, una que sea accesible para todos, una que sea ciega, imparcial y gratuita. Que no deje sin juzgar a miles tratándolos como culpables, como pasa con el 44.3% de la población penitenciaria, una que no deje a los hijos sin pensión alimenticia, una justicia administrativa que no tarde tres años en resolver la primera instancia, una que sea empática y resuelva realmente los conflictos, que sea para el beneficio de la gente y no de los abogados.
En los últimos 14 años la Corte ha desarrollado un andamiaje interpretativo a través del control de regularidad constitucional que ha permitido tener un bloque de constitucionalidad que engloba los derechos humanos considerados tanto en la Constitución como en los Tratados Internacionales bajo la premisa de aplicar la ley considerando el mayor beneficio al individuo, sin embargo es un paradigma que no ha permeado a todos los órganos de impartición de justicia, ni en todas las materias; la pregunta es si la nueva Corte lo podrá lograr.
Se ha dicho por algunos estudiosos que la reforma no atiende la problemática de desigualdad jurídica que sufre el país, ya que la mayor cantidad de casos de injusticia se encuentran en los órganos locales de impartición, en las fiscalías y en los juzgados cívicos y es cierto; sin embargo, no quiere decir que en un momento la reforma si alcance para atender esta problemática y mejorar la justicia de barandilla, la popular y no solamente la que imparten los órganos cúpula del poder judicial.
El que lleguen nuevas personas implica también nuevos pensamientos e ideas y el que lleguen pasando por el voto popular significa que llegan con solo un mandato y compromiso y esto puede ser bueno, cuidar resolver el conflicto por encima del formalismo jurídico debe ser una de las metas, la profesionalización 360º para todos los órganos judiciales, un servicio profesional judicial nacional, los códigos de ética con carácter vinculante, la empatía y la inteligencia emocional con valores medibles para las personas juzgadoras. Eliminar de una el acoso y el maltrato.
La Corte ha resuelto casos importantes y trascendentes, relacionados con el consumo de mariguana, la no discriminación, presunción de inocencia, derechos de los niños, niñas y adolescentes, patria potestad, reinserción social y un largo etcétera; pero que no se conocen, a veces estamos más enterados de las resoluciones de la Corte Suprema de Estados Unidos relacionadas con el derecho al aborto o el caso de TIK Tok, que lo que nuestra corte resuelve, y esto no está bien, es necesario socializar los casos, explicar las resoluciones, dar la cara.
La nueva corte debe salir a buscar los temas de injusticia y corregirlos, debe bajar a la calle que pisa el pueblo y entender la realidad que se vive fuera de los expedientes y de las oficinas, un México en donde reine la ley y la justicia no solo es posible sino como nunca será necesario, recordemos que en 1992 con la primera firma del TLC México tuvo que cambiar, se creó la CNDH, el INE y otros, ahora en 2026 que se revisará el mismo tratado con los cambios previos cuestionados, será necesario garantizar por lo menos que con la reforma al poder judicial se estará a la altura de las cortes de justicia de nuestros poderosos socios comerciales.
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