Opinión por : Enrique Andrade González
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¿VOTAMOS?
El próximo domingo finalmente se realizará la votación llamada Judicial, a nivel nacional para los cargos de Ministras y Ministros de la Suprema Corte de Justicia, a Personas magistradas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y Magistrados integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial; a nivel de circuitos judiciales a Magistrados Colegiados y Jueces de Distrito y además en 19 estados y en la CDMX se elegirán a los magistrados del Tribunal Superior de Justicia, a los del Tribunal de Disciplina y a Jueces locales, la elección dará vida a un nuevo poder judicial, en más de la mitad del país.
Más allá de las múltiples críticas a la reforma y sus errores de origen, por lo apresurado de la misma, debemos de reconocer en primer lugar a los más de un millón de personas ciudadanas que estarán al frente de las 80, 000 casillas, recibiendo los votos de sus vecinos como ha ocurrido desde ya hace muchos años, verificando la identidad del elector y que la votación se desarrolle sin incidentes mayores, como nunca lo ha sido, no será una tarea fácil.
Es cierto que los votos no los contarán ellos, pero esto fue una decisión logística necesaria precisamente para no hacer que estos funcionarios de casillas se quedaran más de 24 horas contando los votos, se hará el cómputo en el Consejo Distrital que corresponda, los que están integrados también por ciudadanos, maestros, lideres comunitarios o personas que ya han participado en otros procesos electorales, como fue el caso de la elección del año pasado y que para tener esa responsabilidad, no pueden mantener vínculos partidistas, es decir los votos serán como siempre, bien contados.
En las boletas electorales si bien son diferentes y probablemente más complicadas de lo normal, hay distintas opciones para votar, no todas las personas candidatas tienen el mismo origen ni los mismos apoyos, podremos distinguir quienes son postulados por cada poder que intervino en los procesos de selección, lo que puede ser un dato que oriente nuestro voto, pero también estarán los candidatos que actualmente se encuentran en funciones, es decir si estamos en contra de la reforma o del gobierno, podemos votar por esos candidatos o incluso anular nuestro sufragio, eso es participar, expresar nuestra voluntad.
El no votar en efecto no es democrático, es desdeñar el esfuerzo que hicieron ciudadanos, autoridades electorales y candidatos para darle vida a la elección, ¿No votar para que algunos partidos lo manejen como un triunfo ciudadano?, no me convence, si no votamos dejamos que otros decidan y finalmente habrá votación con o sin nosotros, si un 15% o 18% para algunos poco, para otros mucho. Recordemos que, en la época del partido hegemónico del PRI, las votaciones las ganaba el abstencionismo, para que votar si ya sabemos quién ganará, se decía en los 70s y 80s, hasta que una votación la de 88 inició el México democrático, nunca los cambios se han logrado no votando, sino al contrario. La mejor forma de decir lo que opinamos es votando.
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