Hay lugares que no solo albergan libros, sino que los celebran como obras de arte. La librería Longhua Yuxin, en el distrito de Longhua, China, es uno de esos sitios donde la arquitectura y la literatura se entrelazan con tal armonía que el simple acto de pasar una página se convierte en una experiencia sensorial. Recientemente nombrada “la librería más bella del mundo” por diseñadores y críticos, este espacio es un tributo a la quietud en una ciudad frenética como Shenzhen, el Silicon Valley chino.
Un diseño que respira literatura
Al cruzar su puerta, el visitante queda atrapado en un juego de volúmenes y luz. El estudio X+Living, liderado por la arquitecta Li Xiang, concibió el espacio como una “ciudad de libros”: estanterías de madera cálida se despliegan en formas orgánicas, imitando colinas o pliegues de papel, mientras pasarelas suspendidas invitan a perderse entre sus rincones. El techo, abierto en claraboyas estratégicas, deja que la luz natural bañe los lomos de los ejemplares, creando sombras que cambian con las horas del día.
#ASIesCHINA Ubicada en Longhua, Shenzhen, la librería Yuxin es conocida como “la librería más hermosa” por su diseño ingenioso. Aquí, los visitantes parecen atravesar un túnel del tiempo y se sumergen por completo en el mundo de la literatura. #Guangdong #Shenzhen pic.twitter.com/sxW0pCMwpa
— Embajada de China en México (@EmbChinaMex) July 16, 2025
“Queríamos que la arquitectura hablara el mismo idioma que los libros: poesía, imaginación, silencio”, explica un empleado mientras señala una escalera helicoidal que parece brotar de un cuento de Borges.
Un refugio para lectores y soñadores
Más allá de su belleza, Longhua Yuxin es un oasis cultural. Con más de 200,000 títulos (muchos de ellos en inglés y chino), su colección prioriza la literatura clásica, el arte y la filosofía. Los amantes de la arquitectura encontrarán joyas como monografías de Tadao Ando o Zaha Hadid, exhibidas junto a ediciones ilustradas de El Principito o Cien años de soledad.
Los visitantes no vienen solo a comprar: se sientan en sus nichos de lectura —integrados en las estanterías—, participan en talleres de caligrafía o admiran las instalaciones artísticas temporales. “Aquí el tiempo parece detenerse”, comenta Lina Chen, una estudiante que visita la librería cada semana.
La librería Longhua Yuxin en Shenzen, China, tiene un peculiar diseño de espejos en el techo y el suelo que convierte el interior en un túnel.
— El Club del Arte 🎨📷📚🖼🕍🎼 (@Arteymas_) February 4, 2024
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En una era dominada por lo digital, Longhua Yuxin demuestra que los espacios físicos pueden reinventarse. No es una librería, es una experiencia: el olor a papel nuevo, el crujir de la madera bajo los pies, el placer de encontrar un libro por accidente en un estante curvo.
Mientras Shenzhen sigue creciendo hacia el cielo, Longhua Yuxin se arraiga como un recordatorio de que la belleza, a veces, cabe entre dos cubiertas.
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