Celine Dion tuvo un regreso estelar el pasado viernes con una actuación muy esperada en el gran final de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París. Desde el emblemático escenario de la Torre Eiffel, la icónica cantante interpretó “Hymne à l’amour” (“Himno al amor”) de Edith Piaf, marcando el culminante cierre de un espectáculo de aproximadamente cuatro horas.
Su aparición había sido objeto de especulación durante semanas, pero tanto los organizadores como los representantes de Dion habían mantenido en secreto la confirmación de su actuación.
Dion, que no había estado en el escenario desde 2020 debido a la pandemia y su posterior diagnóstico de síndrome de la persona rígida, regresó con un impresionante atuendo de perlas diseñado por Dior.
La directora de diseño y vestuario para ceremonias del comité organizador de París, Daphné Bürki, reveló que Dion aceptó participar en la ceremonia de inmediato cuando se le hizo la oferta hace un año.
Vale la pena recordar que antes del regreso de Dion a la ceremonia de apertura, ya había hecho un avance hacia su retorno con una aparición sorpresa en los Premios Grammy de febrero, donde fue recibida con una ovación de pie.
Esta actuación en los Juegos Olímpicos representó un momento culminante en su regreso al escenario, reafirmando su estatus como una figura emblemática en la música.
Atlanta 1996 Paris 2024
— The Olympic Games (@Olympics) July 26, 2024
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Aunque Dion no es francesa, sino que es de Quebec, su conexión con el idioma y la cultura francesa es profunda. Además de dominar las listas de éxitos en Francia y otros países francófonos, Dion ganó el Festival de la Canción de Eurovisión en 1988 y ha tenido una significativa relación con eventos deportivos, habiendo interpretado anteriormente el tema principal de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.