En un avance sorprendente de la biotecnología, la revista “Times” ha dado a conocer la historia de Rómulo y Remo, dos cachorros que, a pesar de pertenecer a una especie extinta desde hace 10 mil años, nacieron gracias a los avances de la ingeniería genética y el uso de ADN antiguo. Estos cachorros, fruto de un ambicioso proyecto de la empresa estadounidense Colossal Biosciences, son descendientes del lobo terrible (Aenocyon dirus), una especie que dominó América durante la última era glacial.
La historia detrás del regreso de esta especie comienza con un descubrimiento revolucionario: el hallazgo de varios restos bien conservados de lobos terribles en distintas partes de América. Este descubrimiento permitió a los científicos reconstruir el genoma completo del lobo terrible, lo que les dio acceso a la secuencia de ADN de la especie extinta. Al combinar esta información con el genoma del lobo gris común, un pariente cercano, los expertos lograron activar el código genético de los lobos terribles, marcando un hito en el campo de la biotecnología.
Pero aún faltaba un componente esencial para llevar a cabo la proeza de devolver a la vida al lobo terrible: una madre sustituta. Aquí es donde entraron en escena dos perras domésticas que, con la intervención de los científicos, se convirtieron en las madres de los cachorros nacidos de esta ambiciosa restauración genética.
Aunque Rómulo y Remo se comportan como cachorros comunes, mordisqueando, jugando y persiguiendo como cualquier perro, su apariencia y tamaño revelan algo muy distinto. A tan solo seis meses de edad, ambos hermanos tienen una altura aproximada de 1.20 metros y pesan alrededor de 36 kilos, lo que los hace mucho más grandes que un perro común. Los expertos estiman que, cuando alcancen la madurez, los lobos terribles podrían medir hasta 1.80 metros de largo y pesar 68 kilos.
Sin embargo, la mayor diferencia que destaca en Rómulo y Remo es su incapacidad de sociabilizar con los humanos. A diferencia de los perros domésticos, los cachorros del lobo terrible no muestran ninguna inclinación hacia la cercanía con las personas. En cuanto se les acerca un ser humano, lo primero que hacen es alejarse, lo que demuestra que el comportamiento de la especie extinta aún prevalece en sus genes. A pesar de los esfuerzos de sus cuidadores, la desconfianza hacia los humanos es algo que persiste.
#LosTitulares |🔬 ¡Histórico! La desextinción es una realidad. El Lobo Huargo o Lobo Terrible 🐺 ha vuelto tras 10 mil años.
— LosTitulares (@_LosTitulares) April 8, 2025
Gracias al ADN fósil de 72 mil años, científicos crearon embriones y lograron el nacimiento de Rómulo y Remo, los primeros cachorros de esta especie🧬👏 pic.twitter.com/yS6iHkrmZg
Un proyecto más allá del “lobo terrible”
La creación de Rómulo y Remo no es el único proyecto de Colossal Biosciences, que fue fundada en 2021 y ya tiene ambiciosas metas en el horizonte. La empresa está trabajando con más de 130 científicos para “des-extinguir” otras especies como el mamut lanudo, el dodo y el tigre de Tasmania. Estos proyectos buscan no solo revivir especies perdidas, sino también contribuir a la preservación de la biodiversidad y enfrentar los retos del cambio climático mediante la restauración de ecosistemas.
El nacimiento de Rómulo, Remo y su hermana Khaleesi marca un hito en la historia de la biotecnología y abre un sinfín de posibilidades para el futuro de la ciencia. Sin embargo, también plantea preguntas éticas y medioambientales sobre la intervención humana en la naturaleza y la restauración de especies extintas.
El regreso de los lobos terribles a la Tierra es solo el comienzo de una nueva era en la ciencia genética, que podría cambiar la forma en que entendemos la vida, la extinción y la conservación de las especies.