A partir de las 00:01 horas del 4 de junio de 2025, las importaciones de acero y aluminio que ingresen a Estados Unidos pagarán un arancel del 50 %. El presidente Donald Trump firmó hoy una orden ejecutiva que eleva la tarifa —vigente en 25 % desde 2018— al considerar que las “prácticas desleales” de los exportadores siguen amenazando la seguridad nacional.
El nuevo golpe arancelario se sustenta en reportes del Departamento de Comercio, los cuales concluyen que la producción doméstica continúa por debajo de los niveles necesarios para cubrir las exigencias de defensa. “El aumento brindará un mayor respaldo a nuestras industrias estratégicas”, argumentó Trump al rubricar el decreto.
La medida se aplicará de manera universal con una sola excepción: el Reino Unido conservará el gravamen de 25 % gracias al Acuerdo de Prosperidad Económica firmado en mayo. No obstante, el mandatario advirtió que también Londres podría enfrentarse al alza si incumple sus compromisos.
Quedan fuera de toda consideración preferencial México y Canadá, que durante el primer mandato de Trump habían obtenido exenciones parciales para proteger sus cadenas de valor, especialmente en el sector automotriz.
El decreto llega mientras un frente conjunto de empresas y 18 estados gobernados por el Partido Demócrata litiga en tribunales otros aranceles impuestos por la Casa Blanca bajo la Ley de Poderes Económicos para Emergencias Internacionales de 1977, alegando daños económicos y abuso de autoridad ejecutiva.
Con esta orden, la administración Trump redobla su política comercial proteccionista en pleno año electoral, enviando un mensaje claro: defender la industria estadounidense primero, sin importar el costo para sus socios más cercanos.
