El Gobierno de México anunció este martes su intención de entablar un diálogo con Estados Unidos para evitar la imposición de un arancel del 20.91% a las exportaciones mexicanas de tomate. La medida fue anunciada por el secretario de Agricultura, Julio Berdegué, tras una nueva ofensiva comercial de Washington, que acusa a México de prácticas de competencia desleal.
“Buscamos el diálogo y vamos a ver en qué termina esto. Es muy importante decir que estas investigaciones antidumping son habituales”, señaló Berdegué durante la conferencia matutina del presidente.
La decisión de Estados Unidos se da luego de que el Departamento de Comercio informara que se retirará, en un plazo de 90 días, del acuerdo que desde 2019 suspendía una investigación antidumping contra los tomates mexicanos. Ese acuerdo permitía que los productores mexicanos exportaran tomate —o jitomate, como se le conoce en diversas regiones— sin pagar aranceles adicionales.
Según las autoridades estadounidenses, el pacto ya no protege a los agricultores locales frente a importaciones “a precios injustos” provenientes de México.
En Palacio Nacional advirtieron que los consumidores estadounidenses serán los más perjudicados si se concreta la imposición de aranceles al jitomate mexicano.https://t.co/vDpgmeyCIW
— Joaquín López-Dóriga (@lopezdoriga) April 15, 2025
Impacto en los consumidores de la unión americana
Ante esta situación, Berdegué advirtió que la medida afectará directamente a los consumidores estadounidenses. “El 90% del tomate que importa Estados Unidos es mexicano. Les van a salir más caras sus ensaladas, su ketchup y todo”, expresó. “No nos pueden sustituir fácilmente, no hay otros países que produzcan esta cantidad y calidad a precios competitivos”.
La medida se enmarca en un contexto de creciente tensión comercial entre ambos países, especialmente desde el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en enero pasado. México y Canadá fueron los primeros en ser golpeados por aranceles del 25% en marzo, como parte de una política más estricta para presionar a sus vecinos sobre temas migratorios y de seguridad fronteriza, incluyendo el tráfico de fentanilo.
Aunque algunos de esos aranceles han sido parcialmente suspendidos, México continúa enfrentando medidas proteccionistas que también afectan sectores clave como el acero, el aluminio y la industria automotriz. El Gobierno mexicano ha reiterado su disposición al diálogo y la cooperación, pero también ha dejado claro que defenderá los intereses de sus productores en foros bilaterales e internacionales.