Opinión Por: Alejandro Pérez Corzo
Dar la batalla, aún en desventaja
En el último capítulo de la temporada de Máynez el Podcast, Jorge Álvarez Máynez hizo una excepción en la línea editorial de su espacio, que hasta ahora se había mantenido sin la participación de actores políticos nacionales. En esta ocasión, el invitado fue Aurelio Nuño, politólogo, ex jefe de la Oficina de la Presidencia y ex secretario de Educación.
Más allá del buen sabor de boca que dejó el ejercicio de pluralidad y el notable nivel de profundidad intelectual de ambos en beneficio de la conversación, hubo una serie de reflexiones que merecen ser rescatadas. Uno de los temas centrales del diálogo fue el papel de la oposición en tiempos de desventaja.
En un escenario donde el oficialismo parece haber acaparado la agenda pública y donde los márgenes de maniobra son cada vez más reducidos, algunos actores políticos han optado por la resignación o el repliegue estratégico. Sin embargo, tanto Máynez como Nuño coincidieron en que la única forma de transformar la realidad es mantenerse en la lucha, a pesar de las condiciones adversas.
El valor de competir
Uno de los aspectos más relevantes de la conversación fue la necesidad de que la oposición no solo se mantenga activa, sino que presente alternativas viables. Se insistió en que la competencia electoral no debe limitarse a una mera formalidad, sino que debe ser un ejercicio auténtico de disputa por el poder, con propuestas sólidas y un discurso que conecte con la ciudadanía. La falta de condiciones ideales no es justificación para abandonar el terreno político, pues ceder el espacio solo fortalece al adversario.
Nuño recordó cómo, en distintos momentos históricos, proyectos políticos que parecían condenados lograron revertir la correlación de fuerzas gracias a la persistencia, la organización y la claridad en sus planteamientos. Participar en una elección, aún con pocas probabilidades de triunfo, no solo evita que el oficialismo se imponga sin resistencia, sino que permite sentar las bases para futuros avances.
El tiempo como factor en política
Máynez subrayó que la política es de ciclos y que no hay derrotas definitivas. La historia ha demostrado que los proyectos que hoy parecen inviables pueden consolidarse con el tiempo, siempre que sus liderazgos sean capaces de mantenerse firmes y adaptarse a las circunstancias.
En ese sentido, cada elección es una oportunidad para seguir construyendo una alternativa real, aunque el resultado inmediato no sea el esperado.
En un país con instituciones frágiles y en constante tensión con el poder, la única forma de evitar que el sistema se cierre por completo es ejercer presión desde todos los frentes: el electoral, el legislativo y el debate público. Participar en la contienda, aún en desventaja, no solo es un acto de resistencia, sino una estrategia a largo plazo para equilibrar la balanza del poder.
El episodio dejó una lección clara: la política no es solo una cuestión de victorias inmediatas, sino de persistencia y visión estratégica. No se trata de entrar a una elección con la única expectativa de ganar, sino de hacer de cada contienda un paso más en la construcción de una alternativa viable.
Rendirse ante la adversidad solo deja el camino libre a quienes buscan concentrar el poder. En cambio, mantenerse en la lucha, aún en condiciones desfavorables, es un acto de convicción democrática y una apuesta por el futuro.
En lo personal, es un mensaje que resuena en mi experiencia política. He ido a dos elecciones consecutivas (arrastrando inevitablemente a la batalla a familia y amigos) entendiendo que las posibilidades de triunfar eran escasas, pero con la profunda convicción de que el éxito no estaba solo en la meta sino en lo que se va construyendo en el proceso. Con las personas al centro y sus causas al frente. Seguiremos, sin duda.
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