El presidente Andrés Manuel López Obrador descartó una reunión con Norma Lucía Piña Hernández, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), para tratar la reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF).
El día de hoy, el mandatario sugirió que, en su lugar, sea Luisa María Alcalde Luján, titular de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), quien se reúna con los ministros del máximo tribunal.
Durante su conferencia de prensa matutina, López Obrador respondió a la petición de Piña Hernández de dialogar con él y Claudia Sheinbaum Pardo, virtual presidente nacional electa, sobre la reforma judicial.
“Pienso que hay que dialogar. La secretaria de Gobernación lo está haciendo, lo mismo los legisladores. Ya enviamos la iniciativa al Congreso y tengo entendido que ya se abrió un diálogo”, afirmó el mandatario.
López Obrador se mostró crítico respecto a la protección de jueces corruptos y la liberación de personas que, según él, deberían estar en prisión.
“Me molesta mucho que durante bastante tiempo se estuvo protegiendo a jueces corruptos y se dio libertad a gente que debía estar en la cárcel”, enfatizó.
El presidente defendió su postura sobre permitir que abogados recién egresados aspiren a ser jueces, magistrados y ministros, argumentando que la experiencia puede llevar a la corrupción.
“Cuando los abogados egresan de las facultades, vienen con mucha ilusión de aplicar la ley sin distingos, no están maleados y esto es una renovación”, explicó.
Esta respuesta se da después de que, ayer, en el Encuentro Nacional por una Agenda de Seguridad y Justicia, la ministra presidenta de la Suprema Corte de la Nación instó a López Obrador y a Sheinbaum a abrir un diálogo para presentar las conclusiones de los 14 foros realizados por el Poder Judicial.
“La realidad es que la reforma no aborda el problema de raíz. Quiero invitar tanto al presidente López Obrador como a la doctora Claudia Sheinbaum a sumarse a este diálogo plural”, declaró Piña.
López Obrador ha destacado la importancia de que los ciudadanos elijan a los jueces, magistrados y ministros, y no a una élite.
“El amo es el pueblo, no los potentados, no los traficantes de influencia, no los abogados especialistas en sobornar, en extorsionar. Es el pueblo el que manda en la democracia”, señaló.