En agosto de 2024, Irán registró un preocupante aumento en el número de ejecuciones, con al menos cien personas ejecutadas en solo un mes. Este incremento fue denunciado por la ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo, que señaló que en lo que va del año, el país persa ha llevado a cabo 402 ejecuciones. Esta cifra ha generado alarma, ya que en 2023, Irán había alcanzado un total de 834 ejecuciones, la cantidad más alta en casi una década, y todo indica que el país podría superar este récord en 2024. La situación ha despertado la preocupación de la comunidad internacional y de organismos como la ONU.
De las cien personas ejecutadas en agosto, al menos 46 fueron condenadas por delitos de narcotráfico, lo que resulta notable dado que las leyes antidrogas iraníes fueron revisadas recientemente para restringir el uso de la pena capital en estos casos. Sin embargo, esta medida parece no haber surtido el efecto deseado. Además, 50 de las ejecuciones se llevaron a cabo por delitos de asesinato. Aún más inquietante es el hecho de que solo el 6% de las ejecuciones fueron anunciadas oficialmente, lo que refleja una preocupante falta de transparencia en los procedimientos judiciales de Irán.
Uno de los casos más destacados es el del activista kurdo Reza Rasayí, perteneciente al movimiento feminista “Mujer, Vida, Libertad”, quien fue ejecutado el 6 de agosto de 2024 tras ser condenado por el asesinato de un miembro de la Guardia Revolucionaria. Según denuncias de activistas, el juicio de Rasayí estuvo marcado por confesiones obtenidas bajo tortura, lo que pone en duda la legitimidad del proceso judicial.
El director de Iran Human Rights, Mahmood Amiry-Moghaddam, hizo un llamado a la comunidad internacional para condenar enérgicamente las ejecuciones en Irán, subrayando que las víctimas pertenecen en su mayoría a los sectores más vulnerables de la sociedad iraní, quienes no tuvieron acceso a un juicio justo. La ONU también ha mostrado su preocupación, señalando que entre las personas ejecutadas en 2024, se encuentran 15 mujeres.
Amnistía Internacional ha advertido sobre el peligro de que Irán alcance un nuevo récord de ejecuciones en 2024, y ha condenado la aplicación masiva de la pena de muerte, especialmente en casos relacionados con el narcotráfico, tras juicios que carecen de garantías procesales y que son un claro abuso de poder por parte del régimen iraní.