Opinión por : Enrique Andrade González
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¿Y llas remesas Apá?
Primero el Comité de Reglas, luego el pleno del Senado y ahora el Congreso de Estados Unidos, aprobaron por mínimo margen, el llamado grande y precioso plan fiscal presentado por Trump, que busca según dijo disminuir el déficit público que tienen sus finanzas. Una de las medidas planteadas y votadas a favor es gravar el envío de remesas que personas envían a otros países, con un 3.5% de cada transferencia.
El crecimiento que han tenido estas remesas en el país en los últimos años es impresionante, al pasar de 36,439 millones de dólares en 2019, 40,601 en el 2020, 51,594 en el 2021, (año de pandemia), 58,497 en el 2022, 63,213 en el20 23, 65,313 en el 2024. casi el doble en cinco años. Se desconocen las razones reales de este crecimiento, si es porque hay más nacionales enviando el dinero, si incrementaron el monto de sus envíos o si son ciertas las hipótesis que dicen que se trata ya de otra forma de lavar dinero, como quiera que sea E.U.A, está investigando.
En principio mas allá de teorías, las remesas son enviadas a familias en México por los trabajadores migrantes, a sus esposas, hijos o padres que tuvieron que dejar en su pueblo, mientras ellos se fueron a buscar un futuro mejor pasando la frontera, digamos que teniendo como referencia envíos promedios mensuales de $300 a $400, dólares, estamos hablando que este recurso lo reciben cerca de 15,000,000 de familias, nada menos. Hablamos del mejor programa social del mundo.
De este recurso viven pueblos enteros de Michoacán, Zacatecas y Guanajuato, mujeres y niños por ejemplo en Dr. Mora, Guanajuato, que viven y crecen esperando al esposo o al padre que mes con mes les recuerda que siguen siendo familia, aunque él esté lejos, o mujeres migrantes que mantienen a sus padres o a sus hijos; las remesas son en la mayoría de los casos, verdaderos mensajes de amor y de nostalgia.
Para México, se dice que estamos hablando del 4% del PIB, para algunos estados como los mencionados significan más del 10%, desde hace muchos años las remesas han sido un paliativo ante el fracaso de la política pública en el campo mexicano a lo largo del siglo pasado y del presente. El abandono, la ineptitud, la politiquería o la indiferencia que ha habido hacia la producción agrícola en muchas partes del país, no ha provocado un brote social violento, en parte gracias a las remesas.
Que bueno que una comisión de todas las fracciones políticas en el Senado viajó a Washington para platicar con sus pares norteamericanos, es una muestra de solidaridad ante un problema nacional, más allá de lo que lograron, fue un mensaje a la comunidad mexicana de que no están solos, ojalá que estos mensajes se traduzcan en verdaderas acciones para apoyarlos desde el Congreso Mexicano.
No sabemos exactamente a quién se le cobrará el nuevo impuesto, se mencionó que, a los indocumentados; algo sumamente grave sería que se deba de acreditar la calidad migratoria para poder enviar la remesa, porque entonces el problema ya no será el pago de la contribución, sino que muchos no podrán seguir enviando el dinero, por lo menos por las vías seguras.
Desde luego que esto sería discriminatorio y seguramente inconstitucional, pero lo importante será conocer pronto estas reglas y lo que implican, para poder definir estrategias de Estado que busquen evitar el desamparo de miles de familias, que hoy subsisten gracias a los envíos.
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