Más de cinco mil personas participaron este miércoles 30 de octubre en la Mega Clase de Baile Aeróbico “Me Muero por Bailar”, organizada por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y el programa PILARES a través de Ponte Pila.
Esta jornada incluyente reunió a niños, jóvenes y adultos en el Zócalo capitalino para celebrar el Día de Muertos con música, movimiento y convivencia.
De acuerdo con la Secretaría de Cultura capitalina, la actividad se desarrolló entre flores de cempasúchil, catrinas, esqueletos y figuras monumentales de xoloitzcuintles que formaron parte de la Ofrenda Monumental instalada en la Plaza de la Constitución.
Desde las 14:00 horas, los asistentes se caracterizaron para participar en la sesión colectiva de baile, guiada por más de 240 promotores de Ponte Pila provenientes de las 16 alcaldías.
Durante la inauguración, estuvieron presentes la secretaria de Cultura, Ana Francis López; el coordinador general de PILARES, Javier Hidalgo; la directora del programa Ponte Pila, Ameyalli Sánchez; y el director general de Grandes Festivales Comunitarios, Argel Gómez Concheiro, en representación de la jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Por su parte, Javier Hidalgo destacó que la jornada fue totalmente incluyente, al contar con intérpretes de Lengua de Señas Mexicana y un grupo de baile en silla de ruedas.
“Esta Mega Clase fue totalmente incluyente, ya que contó con intérpretes de Lengua de Señas Mexicana (LSM) y la participación de un grupo de baile en silla de ruedas, con el cual el propio coordinador se unió durante la sesión”, afirmó.
La clase, que se extendió por una hora y media, ofreció una selección musical diversa con ritmos como bachata, mambo, guaracha, cumbia, rock and roll, música disco y géneros pop y urbanos.
Además, 80 talleristas de las áreas de Autonomía Económica y Cultura de PILARES brindaron servicios gratuitos de maquillaje, transformando el Zócalo en un escenario colorido lleno de catrinas, catrines y personajes alusivos a la festividad.
Según la Secretaría de Cultura, el ambiente fue de convivencia y entusiasmo, donde los participantes cerraron la sesión con estiramientos y aplausos entre música festiva.
“La actividad física y la tradición pueden convivir en un mismo espacio, promoviendo la unión y la salud comunitaria”, subrayó la dependencia al concluir el evento.