Recientemente, un supuesto comunicado de prensa de Spotify circuló en redes sociales, generando una ola de reacciones entre los usuarios. En el mensaje, que afirmaba ser oficial de la plataforma, se anunciaba la retirada de todas las canciones que glorificaran o promovieran actividades relacionadas con el narcotráfico, los cárteles y la violencia. La razón, según el comunicado, era “la compleja realidad que enfrenta México”.
Este anuncio provocó una división inmediata en la opinión pública, con algunos usuarios celebrando lo que veían como una medida contra la apología del crimen organizado, mientras que otros acusaron a la empresa de censura.
Sin embargo, la supuesta carta informativa resultó ser falsa. Spotify México desmintió oficialmente la existencia de tal comunicado, aclarando que no había emitido ninguna directriz referente a la restricción de contenido relacionado con el narcotráfico o la violencia.
La confusión se extendió rápidamente, ya que muchos usuarios se sintieron engañados por la noticia y otros la tomaron como un indicio de que la plataforma estaba tomando una postura en torno a un tema tan polémico.

Entre los artistas más escuchados en el país también destacaron nombres como Peso Pluma y Tito Double P, quienes han incluido en sus repertorios canciones que mencionan al Cártel de Sinaloa y sus principales cabecillas. Esta tendencia ha llamado la atención de críticos y fanáticos por igual, ya que los narcocorridos y los corridos tumbados, una variante más moderna de los primeros, siguen siendo populares y continúan ganando terreno en la música mexicana.
¿Qué son los narcocorridos?
Los narcocorridos, un subgénero musical que relata historias de la vida de los narcotraficantes, han sido una parte integral de la cultura mexicana, particularmente en las regiones del norte del país. Este tipo de música glorifica las figuras del crimen organizado, exaltando sus historias de poder, riqueza y resistencia. Por su parte, los corridos tumbados han tomado fuerza entre las nuevas generaciones, fusionando el narco-corrido tradicional con géneros modernos como el trap y el reguetón, creando un estilo que sigue promoviendo el mensaje de superación y poder que los narcotraficantes representan en estos relatos.
Los mensajes contenidos en estas canciones a menudo presentan a los narcotraficantes como figuras heroicas, creando una distorsión de la realidad para quienes se sienten atraídos por la vida que describen. Esto ha generado preocupación sobre su impacto en los jóvenes, especialmente aquellos que consumen masivamente estas canciones sin considerar las implicaciones sociales y legales del narcotráfico.