A tres décadas y media de aquel histórico encuentro impulsado por la revista Vuelta, El Colegio Nacional abrió nuevamente sus puertas para reflexionar sobre los dilemas contemporáneos de la democracia, la economía y el pensamiento liberal. Bajo el título La libertad de Vuelta, la institución retomó el foro ideado por Octavio Paz en 1990, esta vez coordinado por los historiadores Enrique Krauze y Christopher Domínguez Michael, ambos integrantes del propio Colegio, para analizar qué queda de aquel espíritu de apertura intelectual y defensa de la libertad que marcó al país y al mundo en el fin de siglo.
El encuentro original, celebrado bajo el impulso de Paz, reunió a intelectuales de todo el mundo para examinar los grandes desafíos de su tiempo: la democracia, la caída de los autoritarismos en Europa del Este, la reconfiguración geopolítica posterior a la Guerra Fría y la tensión entre religión, literatura y cultura política. Aquella atmósfera de optimismo, alimentada por la transición democrática en América Latina y el derrumbe de regímenes militares, parecía anunciar una etapa de expansión de libertades. Treinta y cinco años después, Krauze recordó que muchos fenómenos que hoy dominan el debate público ni siquiera estaban en el horizonte: China, los populismos contemporáneos o el resurgimiento de movimientos autoritarios en gobiernos de derecha en Europa.
A pesar de los giros inesperados de la historia, el historiador subrayó que el objetivo de esta nueva edición es continuar con el espíritu de diálogo crítico, confrontación de ideas y debate serio que caracterizó el encuentro original. Recalcó que no se trata de un foro político ni de una tribuna partidista, sino de un espacio donde amigos con visiones distintas discuten con libertad sobre los problemas actuales, una práctica que, afirmó, “hace tanta falta en México”.
La jornada abrió con la mesa Economía y crisis de representación, moderada por la periodista Andrea Aguilar y con la participación del politólogo Carlos Elizondo-Mayer Serra y los analistas David Frum e Ivan Krastev. Elizondo-Mayer Serra examinó el impacto del bajo crecimiento económico mexicano desde 1982 y el desgaste institucional que permitió el ascenso de nuevas formas de populismo. Señaló que, a diferencia de países como España o Polonia, donde la integración económica impulsó transformaciones profundas, México mantuvo un crecimiento limitado en un contexto de desigualdad, inseguridad y expectativas incumplidas. Ese vacío, advirtió, facilitó la llegada de liderazgos capaces de capitalizar el descontento social y ofrecer rutas alternativas, aun cuando su eficacia estuviera en disputa.
Los especialistas coincidieron en que las democracias capitalistas enfrentan una tensión inherente entre la igualdad política del voto y las desigualdades económicas del sistema, un desequilibrio que desde la crisis financiera de 2008 ha abierto la puerta a discursos polarizantes y proyectos políticos disruptivos.
La segunda mesa del día, El malestar en las sociedades liberales, reunió a Ian Buruma, Mark Lilla y Leon Wieseltier, quienes exploraron las fracturas culturales y sociales que enfrentan las democracias modernas, el descrédito de las instituciones y la creciente desconfianza ciudadana hacia los sistemas de representación. El Colegio Nacional transmitió ambas sesiones a través de sus plataformas digitales, como parte de su compromiso de mantener abiertos estos espacios al público.
Con La libertad de Vuelta, la institución no sólo rinde homenaje al legado intelectual de Octavio Paz, sino que busca reinscribir en el presente la discusión crítica sobre los fundamentos de la vida democrática. En un momento global marcado por tensiones políticas, populismos emergentes y cambios acelerados, el foro propone recuperar el debate libre como herramienta para entender los desafíos del siglo XXI, tal como lo hizo aquel encuentro fundacional hace 35 años.
