El gusano barrenador del ganado, una de las plagas más agresivas en la sanidad animal, ha registrado un preocupante repunte en México. Hasta el 10 de agosto de 2025, se han detectado 4,735 casos, de los cuales 633 permanecen activos, afectando mayormente al sector ganadero del país.
Del total de casos:
- 80.36% corresponden a bovinos
- 5.09% a equinos
- 4.18% a porcinos
- El resto se reporta en perros, gatos, aves y humanos
Estados afectados por la plaga del gusano barrenador
Los brotes han sido identificados principalmente en el sureste de México, abarcando los estados de:
- Chiapas
- Tabasco
- Oaxaca
- Campeche
- Yucatán
- Quintana Roo
- Veracruz
Esta distribución geográfica indica un avance preocupante en zonas de alta actividad ganadera, donde el impacto económico y sanitario podría ser devastador si no se aplican medidas de control efectivas.
Primer caso en fauna silvestre: amenaza directa a la biodiversidad
De acuerdo con el médico veterinario zootecnista Guillermo Manuel Ortega, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el primer caso oficial en fauna silvestre fue detectado en una aguililla de pecho rojo, una especie protegida.
🚨| Confirman el primer caso humano de infección por gusano barrenador en el Hospital Regional de Yucatán
— Enséñame de Ciencia (@EnsedeCiencia) August 24, 2025
Mediante un boletín oficial difundido el 22 de agosto de 2025, la Secretaría de Salud del estado informó que el paciente recibió atención médica en días recientes en el… pic.twitter.com/u6I8NavSfn
Este hallazgo enciende las alarmas ambientales, ya que representa una expansión del problema más allá del ámbito ganadero:
“El gusano barrenador ya no es sólo un reto para la ganadería, sino también una eventual amenaza para la biodiversidad”, advirtió Ortega.
¿Qué es el gusano barrenador y por qué es peligroso?
El gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) es una larva de mosca que se alimenta del tejido vivo de animales de sangre caliente. La infección provoca lesiones profundas, infecciones secundarias y, si no se atiende, puede causar la muerte del animal.
En los humanos y especies silvestres, el riesgo es igual de grave, con posibles consecuencias sanitarias, económicas y ecológicas.