Desde las entrañas de la rebeldía comunitaria y en un gesto tan simbólico como contundente, la Comisión Sexta Zapatista —brazo mediático y organizativo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)— lanzó el pasado 17 de noviembre de 2025 la convocatoria al semillero titulado “De pirámides, de historias, de amores y, claro, desamores”. Este semillero se celebrará del 26 al 30 de diciembre de este año en las instalaciones del CIDECI-UniTierra, en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, y está dirigido a personas adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y a la Declaración por la Vida.
La convocatoria plantea una reunión de voces comprometidas con la transformación social, en la que se propone explorar —como el título lo sugiere— no solo las estructuras de poder (“pirámides”), sino también las narrativas que nos atraviesan (“historias”), y esas dimensiones íntimas que poco se asocian con la política convencional: el amor, y también el desamor. A lo largo de cinco días, según el anuncio, exponentes como Sylvia Marcos, Bárbara Zamora, Tamara San Miguel, Luis de Tavira, Raúl Zibechi, Arturo Anguiano, Carlos Antonio Aguirre Rojas, Eduardo Almeida, Carlos Tornel y Raúl Romero abordarán temas tan diversos como las pirámides de poder del sistema económico, los malos gobiernos, la estructura judicial, los movimientos de resistencia, las izquierdas y el progresismo, los derechos humanos, la lucha feminista y las artes.
Lo llamativo de esta convocatoria —y lo que la hermana con la tradición del EZLN— es el tono al mismo tiempo militante y lúdico: explícitamente se pide que los expositores “no abrumen al respetable con demasiadas citas bibliográficas, elucubraciones asfixiantes o resúmenes de Wikipedia”. Es decir, se busca un encuentro que sea simultáneamente profundo y accesible, crítico sin caer en el academicismo estéril. Además, el llamado incluye una humorada: “Si usted es algún tipo de Inteligencia (já) Artificial, considérese excluida”.
La elección de San Cristóbal de Las Casas y la sede del CIDECI-UniTierra no es casual. La región chiapaneca es epicentro histórico de la resistencia indígena y autónoma del EZLN, escenario de un alzamiento en 1994 que sacudió al Estado mexicano y reactivó globalmente las discusiones sobre derechos, autodeterminación y poder. Esta convocatoria se inserta, pues, en un contexto de memoria activa: el semillero se extiende hasta el 30 de diciembre, y al día siguiente —el 31 de diciembre y el 1 de enero— los asistentes que “sobrevivan” podrán participar en las celebraciones del aniversario del alzamiento zapatista “en el Puy más cercano a su corazón (o a su algoritmo, según)”.
La terminología usada —semillero, pirámides, historias, amores y desamores— remite a metáforas cargadas de significado político: “pirámides” sugiere jerarquías de poder que el proyecto zapatista históricamente cuestiona; “historias” alude a los relatos dominantes versus los ocultos o marginados; “amores y desamores” introducen una dimensión humana, afectiva, incluso vulnerada, en un ámbito que muchas veces se reduce a datos fríos de poder y economía. En ese sentido, la convocatoria parece invitar a una reflexión integral: política, social, histórica, emocional.
Los organizadores facilitan un correo electrónico para registro: semillerodiciembre2025@gmail.com. Este detalle, aparentemente rutinario, adquiere significado en un contexto de autonomía y comunicación alternativa: la convocatoria se difunde en el portal digital del EZLN, invitando a un encuentro que combina lo presencial, territorial (Chiapas) y lo simbólico (la rebelión, la memoria, el pensamiento crítico).
Para el escenario político nacional mexicano —en un momento en que los discursos de transformación, los movimientos sociales y las dinámicas de la izquierda y la autonomía viven una tensión permanente— este semillero se perfila como un espacio de interlocución crítico. No tanto un foro académico formal, sino un punto de confluencia de pensamiento y praxis insurgente. La participación de figuras de análisis y militancia como Raúl Zibechi o tiempos de reflexión sobre juicios de poder, resistencia y cultura política lo señalan como evento de relevancia para quienes siguen el devenir de los movimientos sociales mexicanos y latinoamericanos.
En definitiva, la convocatoria al semillero “De pirámides, de historias, de amores y, claro, desamores” abre un espacio para revisar el presente desde las grietas de la historia, las fisuras del poder y las fibras emocionales que atraviesan la acción colectiva. Celebrar resistencias y rebeldías, como se plantea, supone también reconocer desamores: con sistemas, con gobiernos, con estructuras que no responden, y quizás, entre quienes compartieron luchas. Y reconocer amores: hacia la tierra, hacia las comunidades, hacia la autonomía que persiste. Al convocar desde las montañas del sureste mexicano, la Comisión Sexta Zapatista reafirma su apuesta por el pensamiento libre, la organización de base y la valoración de la complejidad política en un mundo que parece reducirlo todo a discursos y campañas.
La invitación está hecha; resta ver cómo las “historias” que se tejan en San Cristóbal se entrelazan luego con el tejido más amplio de la vida política mexicana y los movimientos que desafían pirámides, proponen nuevas narrativas y, por supuesto, viven amores y desamores en la búsqueda de lo colectivo.
