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La violencia contra las mujeres: un obstáculo para el desarrollo y el progreso de México

En México, la participación política de las mujeres ha aumentado gradualmente desde la promulgación de la ley de cuotas en 2002, que estableció que al menos el 30% de los candidatos de cada partido político debían ser mujeres.
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Opinión Por: Yesenia Valdez

La violencia contra las mujeres: un obstáculo para el desarrollo y el progreso de México

Recordemos que la lucha contra la violencia hacia las mujeres en México no es un problema de las mujeres; debe representar, para hombres y mujeres, un trabajo en “unidad”, pues la defensa de los derechos de las mujeres implica reconocer y respetar, desde su identidad, sus capacidades por encima de argumentos tradicionalistas que generan discursos y acciones para atenuar liderazgos femeninos.

Para un entorno libre de violencia contra las mujeres, se requiere una respuesta urgente y contundente entre el gobierno, la sociedad civil y los medios de comunicación, porque la impunidad y la indiferencia han permitido que esta violencia se normalice y, peor aún, se perpetúe, afectando a millones de mujeres en todo el país.

Para abordar este problema y garantizar que las mujeres en México puedan vivir libres de violencia y discriminación, no se deben normalizar acciones de violencia política, ya que este es un aspecto fundamental del problema. Está claro que, al día de hoy, en noviembre de 2024, las mujeres que se atreven a participar en la política, ya sea como candidatas, activistas o simplemente como ciudadanas, enfrentan una serie de obstáculos y amenazas que buscan silenciarlas y marginarlas, viviendo violencia en forma de amenazas, difamación y, en algunos casos, incluso asesinatos.

Es una tarea no solo de las mujeres que hemos ejercido responsabilidades políticas o de aquellas que actualmente tienen una responsabilidad pública; realmente es una tarea también de los hombres que hoy representan un compromiso público el impulsar acciones que ayuden a avanzar hacia una sociedad inclusiva, con oportunidades reales hacia las mujeres y con entornos claramente libres de violencia social, económica, laboral y familiar.

Hablar de la violencia económica es otro aspecto importante de este problema, ya que las mujeres en México enfrentan una serie de barreras para acceder a la educación y a empleos igualitariamente bien remunerados, lo que las deja en una situación de vulnerabilidad económica. La violencia económica se manifiesta no solo dentro del entorno familiar y laboral, sino que también es una forma de violencia política ante la falta de acceso a presupuestos igualitarios para desarrollar acciones sociopolíticas, limitando, en diversos casos evidenciados, las acciones competitivas con hombres.

Indudablemente, la violencia laboral es un problema que afecta también, día a día, a muchas mujeres en México. Se ha omitido la violencia que viven las mujeres que trabajan en sectores como la agricultura, la manufactura y la prestación de servicios, quienes enfrentan condiciones laborales precarias, incluyendo largas jornadas de trabajo, bajos salarios y falta de acceso a beneficios laborales. A esto se suma la violencia laboral manifestada en forma de acoso sexual, discriminación, explotación laboral e intimidación, que se resume también en violencia económica.

La violencia familiar representa un aspecto tan importante de este problema. Las mujeres en México enfrentan una serie de obstáculos para acceder a la justicia y la protección en casos de violencia familiar; desafortunadamente, este tipo de violencia se extiende al entorno psicológico y físico de los menores de edad que, al igual que las mujeres, viven maltrato físico y emocional. Nuevamente, la falta de políticas públicas efectivas para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, así como la falta de recursos y apoyo por parte de la sociedad civil y del gobierno, siguen fortaleciendo la violencia que viven las mujeres en entornos “familiares” por la falta de mecanismos de acceso a la justicia que garanticen la protección de las mujeres víctimas de violencia.

Es altamente relevante promover discursos, pero aún más generar acciones que reconozcan e impulsen el potencial de las mujeres en todos los espacios de desarrollo para avanzar, de manera real, hacia un entorno inclusivo y libre de violencia para todas las mujeres.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Enboga.

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