En un paso diplomático significativo, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución que reafirma el principio de la solución de dos Estados como marco para la resolución pacífica del conflicto entre Palestina e Israel. La Declaración “pasa por el establecimiento de un Estado palestino viable y soberano, la normalización entre Israel y los Estados árabes y el establecimiento de garantías de seguridad colectivas, incluido Israel”, precisó el embajador de Francia.
🔴 URGENTE. La Asamblea General ADOPTA una resolución de apoyo a la «Declaración de Nueva York», destinada a dar un nuevo impulso a la solución de dos Estados para #Israel y #Palestina, y que pide a Hamás que entregue las armas.
— Noticias ONU (@NoticiasONU) September 12, 2025
A FAVOR: 142
EN CONTRA: 10
ABSTENCIONES: 12 pic.twitter.com/ugSLB8aZph
¿Qué señala la resolución?
- El documento hace referencia a la Declaración de Nueva York, que promueve no solo el establecimiento de dos Estados — uno palestino y otro israelí — sino también pide el desarme, y solicita la exclusión de Hamás como actor legítimo en favor de la Autoridad Palestina.
- La votación tuvo lugar antes de la cumbre convocada por Francia y Arabia Saudita, programada para el 22 de septiembre en Nueva York, en la que varios países, incluida Francia, han anunciado que reconocerán oficialmente al Estado palestino.
Este pronunciamiento de la Asamblea General refuerza varios puntos clave:
- Legitimidad internacional reforzada para Palestina: Si bien muchos países ya reconocen al Estado palestino, esta resolución aporta un respaldo colectivo más amplio bajo la bandera de la ONU, lo que podría aumentar la presión diplomática sobre Israel para reanudar negociaciones con base en ese marco.
- Condicionalidad hacia actores no estatales: La exigencia de excluir a Hamás no es menor. Postura diplomática que refleja la preocupación internacional ante la participación de organizaciones calificadas como terroristas por algunos países, y subraya la necesidad de interlocutores estatales reconocidos para cualquier transición política.
- Momento clave en la diplomacia árabe-europea: La cumbre del 22 de septiembre muestra una coordinación creciente entre factores como Francia y Arabia Saudita, que tratan de impulsar acuerdos concretos. No es solo un gesto simbólico: el reconocimiento del Estado palestino podría tener efectos prácticos en términos de relaciones diplomáticas, cooperación y financiación internacional.
- Desarme como línea roja: Incluir el desarme lo convierte en una condición explícita en cualquier solución futura, lo que eleva la complejidad del proceso, especialmente si Hamás mantiene posiciones militares abiertas.
Retos inmediatos
- Resistencia política interna: En Israel, el reconocimiento de un Estado palestino, además de las condiciones sobre Hamás, enfrentará resistencia de sectores que insisten en garantías de seguridad y control territorial.
- Credibilidad de actores estatales: La Autoridad Palestina deberá demostrar capacidad de gobernanza, control territorial, y transparencia para ser percibida internacionalmente como interlocutora viable.
- Implementación práctica: Más allá del reconocimiento diplomático, la resolución no resuelve los puntos espinosos: fronteras, estatus de Jerusalén, seguridad, desplazados, asentamientos. Estas son cuestiones que requieren negociaciones delicadas y concesiones mutuas.
La resolución de la Asamblea General representa un fortalecimiento del consenso internacional hacia la solución de dos Estados, con condiciones claras hoy que antes quizás eran más implícitas. Marca un punto de inflexión diplomático, pero aún falta transitar el trayecto más arduo: traducir resoluciones en realidad política sobre el terreno. Lo que ocurra en la cumbre del 22 de septiembre —y cómo respondan las partes involucradas— podría definir si este respaldo internacional se convierte en un verdadero avance hacia la paz, o permanece como otro pronunciamiento simbólico.