La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró este martes el estado de emergencia local y estableció un toque de queda nocturno en el centro de la ciudad, tras varios días de intensas protestas y disturbios provocados por las redadas migratorias ordenadas por el presidente Donald Trump.
La medida entró en vigor a las 8:00 p.m. del martes y se mantendrá hasta las 6:00 a.m. del miércoles, afectando un perímetro de una milla cuadrada (aproximadamente 2.5 km²) en el corazón de la ciudad. Bass advirtió que el toque de queda podría repetirse en los próximos días si persiste la inestabilidad.
“Lo que está ocurriendo en este pequeño perímetro no está afectando al resto de Los Ángeles”, aseguró la alcaldesa, quien también calificó los daños en la zona como “significativos”, aunque negó que se trate de una crisis generalizada.
Según cifras oficiales, 197 personas fueron arrestadas solo el martes, la mayor cifra desde el inicio de las protestas el fin de semana. La Policía de Los Ángeles reportó 27 detenciones el sábado, 40 el domingo y 114 el lunes, evidenciando una escalada en la tensión entre manifestantes y fuerzas del orden.
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— MegaurbeMX (@MegaurbeMx) June 11, 2025
Es oficial…
La alcaldesa de #LosAngeles @MayorOfLA estableció toque de queda como medida de seguridad para contener las protestas contra redadas de migrantes en #EstadosUnidos. pic.twitter.com/JySwCV8GH2
El jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, respaldó la medida de emergencia y enfatizó que solo estarán exentos del toque de queda los residentes, medios de comunicación acreditados, trabajadores esenciales y personas sin hogar.
Vale la pena recordar que desde el sábado, la ciudad ha sido escenario de manifestaciones intensas contra las redadas de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas), que han provocado temor y descontento en comunidades migrantes; sin embargo, Bass reiteró su rechazo a las políticas migratorias de Trump y exigió que las redadas cesen.
Por su parte, el presidente Trump arremetió contra los manifestantes en un discurso realizado desde Fort Bragg, donde conmemoró el 250 aniversario del ejército estadounidense. El mandatario llamó “animales” y “enemigos extranjeros” a los participantes de las protestas y afirmó que no se permitirá que una ciudad estadounidense sea “invadida y conquistada por un enemigo extranjero”.
En un tono desafiante, Trump calificó a Los Ángeles como un “basurero” y prometió: “Liberaremos Los Ángeles y la haremos libre, limpia y segura de nuevo”.
Las declaraciones del presidente han sido duramente criticadas por defensores de derechos humanos, líderes comunitarios y funcionarios locales, quienes temen que la retórica del mandatario solo intensifique las tensiones y profundice la división en el país.