En medio de una creciente controversia, el presidente Donald Trump visitó este martes un nuevo y polémico centro de detención migratoria temporal apodado “Alligator Alcatraz”, ubicado en un remoto aeródromo en los Everglades de Florida. El sitio, oficialmente destinado al procesamiento y deportación de migrantes indocumentados, ha sido duramente criticado por organizaciones de derechos humanos, ambientalistas y comunidades indígenas.
Construido en tiempo récord cerca de Ochopee, al oeste de Miami, el centro está rodeado por pantanos, fauna salvaje y condiciones climáticas extremas. Pronto albergará hasta 5,000 migrantes, retenidos en un campamento de tiendas de campaña junto a una pista de 3.350 metros originalmente utilizada para vuelos de entrenamiento.
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— El Clarín (@SVElClarin) July 2, 2025
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump visitó Alligator Alcatraz, una prisión del ICE en los Everglades de Florida, donde detendrán hasta 5,000 inmigrantes con antecedentes criminales. pic.twitter.com/kPLd4hfpSp
La visita del presidente, en compañía del gobernador de Florida, Ron DeSantis, fue ampliamente interpretada como un acto simbólico para reforzar su imagen de “mano dura” en materia migratoria de cara al proceso electoral. Trump declaró a la prensa desde la Casa Blanca que estaba “emocionado” por ver las instalaciones, y aseguró haber trabajado “muy duro” con DeSantis para hacerlas realidad.
“Esto no es un asunto agradable. Ya saben, las serpientes son rápidas, pero los caimanes… Les vamos a enseñar a huir de un caimán. No corran en línea recta”, dijo, gesticulando de lado a lado. “¿Y saben qué? Sus posibilidades aumentarán aproximadamente un 1 %”.
Sus declaraciones fueron criticadas por muchos como deshumanizantes y carentes de responsabilidad institucional, mientras que sus seguidores las recibieron con entusiasmo por su estilo provocador y directo.
Desde Washington hasta el sur de Florida, las reacciones no se hicieron esperar. Activistas de derechos de los migrantes tacharon la instalación de “campamento de castigo” y alertaron sobre violaciones a derechos humanos básicos. Grupos ecologistas denunciaron los posibles efectos irreversibles en el frágil ecosistema de los Everglades, mientras que líderes indígenas locales señalaron una amenaza directa a tierras consideradas sagradas.
La secretaria de Prensa, Karoline Leavitt, defendió el proyecto, asegurando que su ubicación remota y los peligros naturales circundantes forman parte de una estrategia de disuasión:
“Cuando tienes asesinos ilegales, violadores y criminales atroces en un centro de detención rodeado de caimanes, sí, creo que eso disuade a quienes intentan escapar”.
Una narrativa visual
“Alligator Alcatraz” representa la más reciente pieza de una campaña visual y simbólica con la que la administración Trump busca enfatizar su ideología de seguridad nacional y control migratorio. Las imágenes duras, los nombres provocativos y las metáforas de supervivencia se han convertido en recursos recurrentes para consolidar el credo MAGA (Make America Great Again).
Sin embargo, detrás de la espectacularidad hay cuestionamientos sobre la eficacia real de la política migratoria. Fuentes internas apuntan que las tasas de deportación siguen por debajo de lo esperado, lo que ha generado frustración incluso entre los ideólogos más radicales del ala trumpista, como Stephen Miller.
Is 'Alligator Alcatraz' the solution to illegal immigration? #AlligatorAlcatraz #Florida #Trump pic.twitter.com/MfiV5Th0WZ
— Stacy Washington (@StacyOnTheRight) July 2, 2025