En Movimiento Ciudadano confían en que este jueves el Tribunal Electoral ponga orden y devuelva a Poza Rica lo que las urnas reflejaron el 1 de junio. Su dirigencia nacional pidió a los magistrados revisar a fondo las pruebas presentadas por MC, convencido de que la voluntad popular fue alterada tras el polémico recuento que terminó favoreciendo a la candidata de Morena. “Esto va más allá de Poza Rica y Veracruz”, advirtieron los líderes emecistas, quienes aseguran que su partido seguirá defendiendo la democracia con argumentos, no con presiones. En juego no sólo está una alcaldía, sino la credibilidad de un proceso electoral que, según MC, fue manchado por maniobras para arrebatar el voto ciudadano.
LAS BATICHICAS DE MORENA
Jessica Saiden, diputada morenista y presidenta de la Comisión de Seguridad, provocó revuelo al asegurar que todas las mujeres en México son “batichicas” y sueñan con acompañar al Secretario Omar García Harfuch. Sus declaraciones surgieron tras un encontronazo con la vicecoordinadora Gabriela Jiménez durante la conferencia de Harfuch en San Lázaro, y Saiden defendió el apodo usado por Ricardo Monreal como algo “hecho en el mejor ánimo”. Entre risas y desplantes, la legisladora proyectó la imagen de millones de mujeres listas para sumarse al equipo de seguridad, señalando que la imaginación política puede llevarlas a acompañar al secretario en sus labores. La pelea interna y las declaraciones suben la temperatura en la bancada de Morena, dejando ver diferencias de estilo y protagonismo entre las legisladoras.
TAIBO, EL MISÓGINO
La senadora morenista Malú Micher encendió otra polémica al exigir al director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II, que ofrezca una disculpa pública por comentarios que calificó de misóginos. Taibo había criticado un poemario femenino como “horriblemente asqueroso de malo” y Micher señaló que con ello se invisibiliza la producción literaria de las mujeres. Durante una mañanera de Claudia Sheinbaum, Micher recordó que las mujeres han sido históricamente ignoradas en la literatura y subrayó que la respuesta no es negar la obra femenina, sino reconocerla. La senadora convirtió la polémica en un llamado de alerta sobre cómo la invisibilización sigue siendo un problema dentro de espacios culturales y políticos.