Opinión Por: Mario Arturo Pico
Divididos cuando deberíamos estar unidos
Mientras el país enfrenta enormes desafíos, los partidos políticos deberíamos estar cerrando filas, no rompiendo puentes. Deberíamos estar uniendo fuerzas, escuchando a la gente y construyendo soluciones que realmente transformen nuestra realidad. Pero lamentablemente, hoy veo con preocupación que en lugar de avanzar juntos, algunos prefieren seguir alimentando divisiones internas. Y en Chihuahua, eso se nota más que nunca.
Aquí, donde la gente demanda resultados, los partidos están más ocupados en pelear entre ellos que en servir a la ciudadanía. En lugar de sumar talento, se aíslan. En lugar de fortalecer liderazgos, los destruyen desde dentro. Así no se puede construir un proyecto serio ni sólido. Y lo más grave: así se le da la espalda a la gente que confió en nosotros.
Yo lo he dicho muchas veces: la política no puede seguir siendo un campo de batalla de egos. Quien aspire a dirigir o representar a los ciudadanos debe entender que esto se trata de servir, no de imponer. Las luchas internas solo desgastan, dividen y terminan beneficiando a los mismos de siempre: a los que viven del caos político y del desencanto ciudadano.
Chihuahua necesita altura de miras, diálogo y liderazgo con propósito. Necesita partidos que actúen con madurez, que se escuchen entre sí y que entiendan que la unidad no se construye con discursos, sino con acciones. Podemos tener diferencias, por supuesto, pero no podemos seguir destruyéndonos entre nosotros. Si no aprendemos a cerrar filas, los ciudadanos lo harán sin nosotros.
Hoy más que nunca, debemos dejar de lado los intereses personales y pensar en lo que verdaderamente importa: cómo mejorar la vida de nuestra gente. Los chihuahuenses están cansados de los pleitos internos, de las traiciones y de las simulaciones. Quieren resultados, quieren ver compromiso, quieren ver que los políticos somos capaces de ponernos de acuerdo por el bien del estado.
La unidad no significa que todos pensemos igual, significa que todos trabajemos con un mismo objetivo: construir un Chihuahua más fuerte, justo y con oportunidades para todos. Pero mientras sigamos enfrascados en nuestras propias disputas, la gente seguirá alejándose, y con razón.
Mi llamado es claro: dejemos los pleitos, dejemos los protagonismos y enfoquémonos en lo verdaderamente importante. Los ciudadanos ya no esperan discursos, esperan hechos. Y los hechos comienzan con la voluntad de unirnos, de escucharnos y de trabajar juntos.
Chihuahua no puede seguir dividido. Es momento de demostrar que sí hay liderazgos con visión y compromiso. Porque la política se trata de sumar, no de dividir. Y quien no lo entienda, simplemente quedará fuera de la historia.
* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Enboga.