En un paso inédito en el proceso de selección de jueces en México, en el Estado de México, los aspirantes elegidos a través del Proceso Judicial Extraordinario 2025 —entre ellos Alejandro Tapia González— están participando en un curso exprés de dos meses y medio en la Escuela Judicial, antes de asumir funciones el 5 de septiembre próximo.
Un juez sin experiencia judicial, pero con respaldo popular
Tapia González, de 67 años, llegó al tribunal con una trayectoria diversa: catedrático universitario, asesor legislativo y regidor. Titulado en Sociología, Educación y Derecho, sin embargo, nunca ha dictado una sola sentencia. En entrevista con Animal Político, declaró: “Nosotros venimos con otra experiencia… administrativa, política, social o de simple postulante”, admite con honestidad.
Su nombramiento —respaldado por más de 25 000 votos en Chalco— desató fuertes cuestionamientos. Críticos han denunciado la falta de requisitos técnicos y proficiencia judicial de varios electos, señalando que postular a personas “no aptas” erosiona la calidad y la confianza en la impartición de justicia.

La formación exprés: ¿suficiente para administrar justicia?
Según Edgar Ledesma, del Observatorio Judicial Ibero, el curso exprés abarca contenidos generales y especializados en materia civil, familiar y mercantil —áreas clave en Chalco—, así como prácticas de simulación de audiencias. Sin embargo, la directora de la Escuela Judicial del Estado de México, María del Refugio Elizabeth Rodríguez, advierte que un año es el lapso adecuado para formar a un juez: seis meses de instrucción académica y otros tres para superar los procesos de oposición.
Así, aunque el curso exprés es obligatorio y riguroso, la comunidad jurídica critica que apenas repasa nociones “adjetivas” de derecho, y deja de lado la experiencia práctica y la toma de decisiones en casos reales.

Tapia González, consciente de su desventaja
Durante su formación exprés, Tapia ha reconocido la “pequeñez” de su currículum en comparación con colegas con décadas en tribunales. “Cuando otros presumen su currícula, pues me siento chiquito… voy corriendo atrás de ellos”, confiesa a Animal Político. Esa franqueza ha generado empatía en algunos sectores, aunque otros cuestionan si bastará con dos meses para cerrar la brecha.
Críticas a una designación cuestionada
La elección de jueces locales renovó una vieja polémica: ¿deberían elegirse estos cargos por voto popular, o mediante concursos técnicos para garantizar su idoneidad? Organismos civiles y expertos alertan que el sistema electoral puede priorizar popularidad política sobre preparación legal. El caso de Tapia González, quien jamás ha ejercido en un tribunal, evidencia esta tensión, pues con el curso exprés en marcha, la pregunta clave es si, al llegar el 5 de septiembre, Tapia estará lo suficientemente preparado. También si su caso será la excepción o el comienzo de una tendencia preocupante: figuras con experiencia administrativa o política y sin temperamento judicial adquiriendo roles de autoridad legal.
El tiempo dirá si el “ganar por voto” logra transformarse en “juzgar con rigor”. En lo que llega esa fecha, Tapia González —y los otros electos sin historial judicial— deberán demostrar en la práctica que el aprendizaje exprés puede suplir años de experiencia frente a la ley.