A solo horas de que un aumento del arancel al 30 % entrara en vigor el 1 de agosto, México logró frenar la medida mediante un acuerdo telefónico de último minuto entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el expresidente Donald Trump. EE. UU. aceptó postergar la medida por 90 días, manteniendo vigentes los aranceles actuales del 25 % a autos y productos vinculados al fentanilo, y del 50 % al acero, aluminio y cobre.
Según documentos a los que tuvo acceso Proceso, el gobierno mexicano ofreció una serie de compromisos estructurales y regulatorios como contrapartida:
- Fortalecer la lucha contra prácticas desleales del comercio, mediante cooperación coordinada con EE. UU. para detectar importaciones asiáticas que compitan de manera desleal, especialmente en sectores sensibles como textil, calzado, plásticos, siderurgia y minerales.
- Impulsar cadenas de suministro regionales, colaborando con EE. UU. para aumentar la producción de bienes estratégicos dentro de América del Norte y reducir dependencia de terceros países. Esto incluye autopartes, semiconductores, minerales raros, ingredientes farmacéuticos activos y baterías.
- Reforzar los derechos laborales, con inspecciones en centros de trabajo, respeto a la libertad sindical, negociación colectiva y eliminación del trabajo infantil y forzoso.
- Agilizar trámites comerciales en el sector médico y farmacéutico, armonizando normas regulatorias y fortaleciendo instituciones para evitar demoras en los permisos de exportación e importación de productos médicos dentro de la región.

Estos compromisos buscan no solo evitar el salto al 30 %, sino también avanzar hacia una relación más equilibrada y cooperativa bajo el T‑MEC, que protege aproximadamente el 84 % del comercio bilateral.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, calificó el proceso como un “logro muy grande”, destacando que no fue necesario ceder concesiones adicionales más allá de las ya en curso, como el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera para control migratorio y antinarcóticos.
Para la Casa Blanca, la respuesta mexicana fue “potencialmente persuasiva” y permitió evitar una escalada arancelaria inmediata, aunque la decisión final sigue recayendo en Donald Trump.
De fondo: ¿qué está en juego?
- Posposición de la fecha límite: el incremento al 30 % estaba previsto para el 1 de agosto de 2025, pero se postergó hasta octubre con esta pausa de 90 días.
- Temas en negociación: la continuidad del T‑MEC, seguridad fronteriza, lucha antidrogas y control migratorio son la agenda estratégica para evitar futuros aranceles.
- Proyección futura: la revisión del T‑MEC, prevista para enero de 2026, se anticipa como la instancia clave para consolidar un nuevo marco comercial entre ambas naciones.
México logró suspender temporalmente un aumento de aranceles mediante un paquete de compromisos estratégicos alineados con las demandas de EE. UU. Se abre así una negociación de mediano plazo que busca no solo proteger el comercio bilateral, sino también fortalecer las cadenas productivas, los estándares laborales y regulatorios en la región.