El Poder Judicial de la Federación arranca una nueva etapa tras la reforma que instauró la elección popular de jueces, magistrados y ministros. Pero lo hace con un dato que preocupa: la mitad de sus plazas quedará en manos de perfiles sin experiencia suficiente en la judicatura, lo que abre interrogantes sobre la solidez del sistema de justicia en México, según un reportaje de Reforma publicado el día de hoy.
De las 1,711 plazas existentes, solo 830 continuarán bajo jueces y magistrados formados en concursos de oposición, un método que garantizaba preparación técnica y trayectoria dentro de la carrera judicial desde 1995. El resto de los cargos se definió en las urnas, con un saldo que revela improvisación y vacío de experiencia.

El 1 de junio pasado, 487 juzgadores se rehusaron a competir y se jubilaron o renunciaron. De los 376 que sí participaron, apenas 80 resultaron electos, mientras que 296 quedaron fuera por mandato constitucional. Así, más de la mitad de las plazas estarán ocupadas por funcionarios recién llegados, algunos con experiencia en tribunales estatales o administrativos, pero muchos sin antecedentes jurisdiccionales.
La situación es inédita: juzgados y tribunales quedarán en manos de suplentes y secretarios durante al menos dos años, en lo que se renuevan otras 848 plazas en 2027. Nunca antes la justicia federal había dependido tanto de cargos temporales y de improvisados.
El riesgo es evidente. La falta de formación judicial puede traducirse en resoluciones deficientes, contradicciones legales y una vulnerabilidad mayor frente a presiones políticas. En un país donde el Poder Judicial es visto como último dique ante el abuso de poder, la pérdida de cuadros experimentados podría debilitar gravemente la independencia y calidad de la justicia.

Incluso dentro del propio Consejo de la Judicatura Federal hubo intentos por retener a un centenar de jueces y magistrados que pedían continuar en funciones. La propuesta fue rechazada, y la ministra presidenta Norma Piña explicó: «¿Qué sucedió? Que la Constitución dice que los de 2025 dejan su cargo el 31 de agosto, si no ganan la elección o declinan participar. Aquí hay una interpretación literal, como la ordena la Constitución, estos juzgadores de 2025 tienen que dejar su cargo, y lo que se pretendía es que estos juzgadores que fueron a elecciones y no ganaron los cambiaban a plaza de 2027; ahí se dividió la votación, porque bueno, también era respetar la voluntad del pueblo, no votaron por ellos».
Sin embargo, más allá de la legitimidad del voto, persiste la duda: ¿puede la voluntad popular sustituir la preparación técnica que exige impartir justicia?
México se asoma así a un experimento inédito, con un Poder Judicial fragmentado y con 50% de improvisados en funciones clave. El reto será comprobar si este modelo puede sostener la independencia judicial o si, por el contrario, terminará siendo la grieta por donde se erosione el Estado de derecho.
Estas son las cuentas que arroja la renovación en urnas del Poder Judicial
– Hay 1 mil 711 plazas de Jueces y Magistrados
– 848 serán renovadas en 2027, pero ya dejaron el cargo 98.
– 863 fueron sorteadas en este año, de éstos:
– 487 declinaron participar
– 376 participaron, pero solo 80 ganaron y los 296 restantes deben dejar el cargo
Fuente: CJF