La Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) ha emitido un pronunciamiento urgente en el que exhorta al Gobierno federal a “actuar con responsabilidad, urgencia y visión estratégica”, tras la orden del United States Department of Transportation (DOT, por sus siglas en inglés) de revocar rutas de aerolíneas mexicanas que operan desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Según ASPA, esta medida implica riesgos inmediatos para la conectividad aérea de México, para la competitividad del sector y para los puestos de trabajo que dependen de este nicho estratégico. El sindicato argumenta que se trata de un “desfase de visión de Estado” al no anticipar las consecuencias técnicas y estratégicas de las decisiones tomadas en materia aeroportuaria, y reclama una interlocución urgente con las autoridades de Estados Unidos para restaurar el marco de operación que decía garantizar el acuerdo bilateral. 
El trasfondo del conflicto aéreo
La controversia tiene su origen en una orden del DOT que revoca la aprobación para que aerolíneas mexicanas operen 13 rutas —actuales o planificadas— hacia Estados Unidos, entre ellas desde el AIFA y desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). La medida, anunciada el 28 de octubre de 2025, señala que estas acciones son consecuencia de “prácticas anticompetitivas” de México, que incluyeron la cancelación o congelamiento de vuelos de aerolíneas estadounidenses y la reubicación de operaciones de carga hacia el AIFA, todo ello por orden del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Para el DOT, estas prácticas configuraron, según su lectura del Acuerdo de Transporte Aéreo entre ambos países, una violación al principio de igualdad de condiciones. La decisión señala además que a partir del 7 de noviembre —o incluso antes— ciertas rutas deberán suspenderse, incluyendo las que actualmente operan desde el AIFA a Houston y McAllen.
Ante las órdenes emitidas por el Departamento de Transporte de los Estados Unidos (DOT) pic.twitter.com/LQlLpXiCyc
— ASPA de México (@aspaprensa) October 29, 2025
Las implicaciones sectoriales y laborales
ASPA advierte que la medida puede desencadenar un efecto dominó: la pérdida de rutas afecta no sólo a las aerolíneas operadoras sino a toda la cadena productiva que rodea la aviación comercial —mantenimiento, personal de a bordo, servicios aeroportuarios, logística de carga— con el riesgo de una contracción en empleos y en actividad que en su conjunto representan un componente estratégico de la economía nacional. 
Además, la asociación señala que esta crisis revela “la ausencia de una visión técnica de largo plazo” por parte de las autoridades que han encaminado decisiones sin un marco integral que anticipara el impacto internacional de la reconfiguración del tráfico aeroportuario mexicano.  Por su parte, la medida del DOT no sólo impide las nuevas rutas, sino que congela la expansión de vuelos de pasajeros con carga (“belly‐cargo”) desde la AICM hacia Estados Unidos, lo que amplía la urgencia del asunto.
La reacción del gobierno y los próximos pasos
En la conferencia de prensa matutina del 29 de octubre de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum rechazó la medida estadounidense, afirmando que “no hay razón” para cancelar vuelos hacia territorio estadounidense.  Oficialmente, México ha manifestado su desacuerdo con la decisión del DOT y ha pedido una reunión de alto nivel entre el canciller y el secretario de Transportes de EE.UU. para revisar los fundamentos de la acción unilateral.
ASPA demanda que esa interlocución se complemente con una mesa técnica que incluya al sindicato, aerolíneas, autoridades nacionales y especialistas en política aeroportuaria para salvaguardar la operación futura del sector y de sus trabajadores. 

Una coyuntura crítica para la aviación mexicana
El momento es particularmente delicado. Con rutas clave que conectan a México con Estados Unidos suspendidas o en peligro de cancelación, el impacto no se limita al tráfico de pasajeros sino que se extiende al transporte de carga, al tránsito de logística, y al posicionamiento competitivo de la aviación mexicana en un contexto internacional cada vez más regulado. La presión desde Washington, en este caso, actúa como un llamado de alerta: México necesita ajustar su estrategia de conectividad y abrir canales de diálogo que vayan más allá de lo doméstico.
ASPA advierte que de no atenderse con celeridad y estrategia, esta crisis podría deteriorar la posición de México como hub regional y debilitar el papel del AIFA como aeropuerto alternativo en la zona metropolitana del Valle de México, amén del riesgo de que se materialicen pérdidas de empleos y menor crecimiento del sector.
En este escenario, el gobierno federal enfrenta la doble tarea de negociar a nivel internacional y de reconfigurar su política aérea interna para evitar que decisiones estructurales —como la relocalización de carga o la limitación de franjas horarias— sigan generando efectos adversos tanto en el plano externo como en el interno. La exigencia de ASPA no es menor: pide reaccionar rápido, pero sobre todo, con una visión estratégica que reconozca que la aviación no es solo transporte, sino motor de empleo, desarrollo regional y conexión global para México
 
								 
				