Con las elecciones presidenciales llevándose a cabo, las encuestas muestran una contienda especialmente ajustada entre la actual vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump. Según el promedio de encuestas publicado por el sitio FiveThirtyEight, Harris mantiene una ligera ventaja de poco más de un punto porcentual sobre Trump, con un 48 % de apoyo frente al 46,8 % del magnate republicano.
Sin embargo, a pesar de la estrecha diferencia en los números a nivel nacional, el proceso electoral en los Estados Unidos no se define por el voto popular, sino a través del sistema del Colegio Electoral, compuesto por 538 electores. Para ganar la presidencia, tanto Harris como Trump necesitan alcanzar al menos 270 votos electorales.
We are finishing this campaign as we started: with optimism, with energy, and with joy. pic.twitter.com/lzoEr5g3GR
— Kamala Harris (@KamalaHarris) November 5, 2024
Vale la pena destacar que algunas proyecciones ya indican qué candidatos se llevarán los votos en la mayoría de los estados, la elección se decidirá en un puñado de estados clave, conocidos como “swing states”, donde la competencia está especialmente reñida.
Georgia, Carolina del Norte, Míchigan, Wisconsin, Pensilvania, Arizona y Nevada son los siete estados que, según las últimas encuestas, marcarán la diferencia en el resultado final. En estos territorios, las encuestas también reflejan una carrera sumamente ajustada, lo que deja abierta la posibilidad de un cambio de rumbo en cualquier momento.
Estos siete estados representan una fracción significativa de los 270 votos electorales necesarios para ganar la presidencia. Con un escenario tan ajustado, los estrategas de ambos partidos están invirtiendo grandes recursos en asegurar el apoyo de los votantes indecisos y en movilizar a sus bases. Mientras Harris apuesta por una campaña centrada en la justicia social, la salud y la economía, Trump se enfoca en la seguridad, la inmigración y la crítica al establishment político.
Con la carrera presidencial más ajustada de lo que muchos esperaban, lo único claro es que 2024 será un año de decisiones difíciles para los votantes estadounidenses, quienes, al final, tendrán la última palabra en quién ocupará la Casa Blanca durante los próximos cuatro años.