En medio de una crisis nacional de violencia de género, Nuevo León ha marcado un precedente alentador: los feminicidios disminuyeron un 82% durante el primer semestre de 2025 en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Según cifras oficiales, se registraron solo siete casos entre enero y junio de este año, frente a los 38 del mismo lapso en 2024. Se trata de la caída más significativa desde que el feminicidio se tipificó como delito en el estado.
Este descenso no solo es numérico: representa la posibilidad de que más mujeres vivan sin miedo en sus hogares, en las calles y en sus comunidades. Para muchas, es la diferencia entre la vida y la muerte.

La nueva Fuerza Civil de Nuevo León atribuye este avance a la coordinación estratégica del Grupo de Coordinación Metropolitana, un bloque de seguridad conformado por instituciones clave como la Guardia Nacional, la Defensa Nacional, la Fiscalía estatal y federal, así como el Centro Nacional de Inteligencia, entre otros. Estas corporaciones han centrado sus esfuerzos en la detención de los principales generadores de violencia en la zona metropolitana.
Además del feminicidio, los homicidios dolosos en general también han caído un 47% en el estado, al pasar de 799 a 427 casos durante el mismo periodo. Aunque aún queda mucho por hacer, los resultados muestran que una política pública articulada y enfocada puede salvar vidas.
Para las mujeres de Nuevo León, esta reducción representa más que una cifra: es la esperanza de recuperar espacios, de vivir sin miedo, y de saber que la justicia puede funcionar si hay voluntad.