En respuesta a recientes declaraciones del expresidente Ernesto Zedillo, sobre que le democracía en México a muerto, la presidenta Claudia Sheinbaum arremetió contra lo que calificó como una “nueva narrativa” de la oposición, que según dijo, busca posicionar la idea de que México atraviesa por un periodo de autoritarismo, pese a carecer de credibilidad.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum reaccionó a una entrevista en la que Zedillo afirmó que “en México se murió la democracia”. La mandataria ironizó que, al no encontrar eco en la ciudadanía, la oposición recurre a figuras del pasado para que funjan como sus nuevos voceros, señalando directamente al exmandatario priista.
🇲🇽 La presidenta @Claudiashein rechazó que el exmandatario Ernesto Zedillo sea un “paladín” de la democracia; por el contrario, recordó una serie de acciones autoritarias cometidas durante el sexenio del priísta.#VideosLaJornada
— La Jornada (@lajornadaonline) April 28, 2025
Más información: 👇https://t.co/gyvIWPu7ao pic.twitter.com/WIM54TcKJS
Sheinbaum aprovechó para lanzar una crítica contundente al legado de Zedillo, recordando que durante su sexenio (1994-2000) se registraron decisiones y acontecimientos polémicos, como:
- La masacre de Acteal, ocurrida en 1997 en Chiapas.
- La aprobación del Fobaproa, mediante el cual se convirtieron deudas privadas en deuda pública, lo que Sheinbaum calificó como una forma de “autoritarismo económico”.
- La privatización de los ferrocarriles mexicanos, proceso que, afirmó, se realizó sin consulta ciudadana.
Además, acusó al exmandatario de haber reformado el Poder Judicial a modo, recordando que Zedillo destituyó a ministros de la Suprema Corte para proponer a nuevos integrantes del máximo tribunal, y que el Consejo de la Judicatura estuvo encabezado por la misma persona que presidía la Corte.
Sheinbaum también hizo referencia a declaraciones del priista Francisco Labastida, quien ha afirmado públicamente que Zedillo entregó el gobierno a la oposición (PAN) a petición de Estados Unidos durante las elecciones de 2000.
La confrontación se da en un contexto de creciente tensión entre el Ejecutivo federal y sectores opositores, particularmente en temas como la reforma al Poder Judicial y la concentración del poder presidencial.