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EL PODER REAL: OLIGARQUÍA TECNOLÓGICA ALLÁ, LOS RICOS DE SIEMPRE ACÁ

La historia es cíclica: cuando la riqueza se concentra en exceso, el sistema deja de representar a la mayoría y pasa a funcionar como un mecanismo de legitimación para los poderosos. No importa el color del gobierno ni su discurso: el dinero siempre encuentra la manera de mantener el control.
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Opinión Por: Alejandro Pérez Corzo

El poder real: oligarquía tecnológica allá, los ricos de siempre acá

Ahora que la oligarquía tecnológica se ha instalado en torno a Trump y que en México los milmillonarios han duplicado su riqueza con la 4T, vale la pena recordar lo que advierte Guido Alfani en su libro del 2023 Come dèi tra gli uomini (Como dioses entre los hombres).

La historia es cíclica: cuando la riqueza se concentra en exceso, el sistema deja de representar a la mayoría y pasa a funcionar como un mecanismo de legitimación para los poderosos. No importa el color del gobierno ni su discurso: el dinero siempre encuentra la manera de mantener el control.

Silicon Valley, pragmatismo y poder

Durante años, Silicon Valley jugó a ser progresista. Se disfrazó de impulsor del cambio social mientras creaba monopolios digitales que regulan la información, los mercados y hasta la política. Pero cuando le convino, giró a la derecha.

¿Por qué ahora financian a Trump? Porque no buscan justicia social, buscan libertad total para operar. No quieren impuestos, regulación ni control sobre la forma en que dominan los datos, la inteligencia artificial y la infraestructura tecnológica.

La lección es clara: los más eficaces poderes no responden a ideologías, sino a intereses.

El espejismo de la transformación

En México, el discurso ha sido el opuesto: combatir a los de arriba, devolverle el país al pueblo. Sin embargo, los datos desmienten la narrativa. En 2018, los cinco principales millonarios mexicanos sumaban 64 mil millones de dólares. Hoy superan los 120 mil millones.

Si la 4T vino a redistribuir el poder, ¿cómo es que los más ricos nunca perdieron y, por el contrario, se enriquecieron como nunca?

Porque, mientras los sectores populares recibían apoyos sociales, los de arriba conservaron privilegios fiscales, concesiones estratégicas y contratos clave. No hubo transformación: hubo continuidad con un relato distinto.

El reto de Movimiento Ciudadano

El problema no es que existan ricos. El problema es cuando el Estado deja de gobernar y se convierte en rehén de quienes controlan el capital.

Aquí es donde Movimiento Ciudadano tiene un desafío clave. Si realmente quiere representar una opción distinta, tendrá que emparejar la cancha sin matar el crecimiento económico.

No se trata de golpear al sector empresarial, sino de establecer reglas claras para que competir no sea una lucha de gigantes contra ciudadanos de a pie. Se necesita una reforma fiscal progresiva que distribuya mejor la carga, sin caer en la tentación populista de ahuyentar la inversión privada.

Si no se enfrenta este debate, la política seguirá siendo una disputa de narrativas mientras el poder real sigue moviendo las piezas desde las sombras.

El dilema ya no es izquierda contra derecha. Es ciudadanía contra plutocracia.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Enboga.

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