En un escenario global cada vez más desafiante, México y Ucrania dieron un paso significativo hacia la cooperación científica internacional al explorar oportunidades de colaboración académica enfocadas en estudios antárticos. Esta iniciativa se cristalizó ayer con la visita de un grupo del Centro Científico Antártico Nacional de Ucrania (NASC) a diversas dependencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Intercambio de conocimientos y fortalecimiento institucional
Píndaro Díaz Jaimes, director del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL), destacó que “la ciencia y la cooperación internacional son una gran esperanza para la construcción de resiliencia”, subrayando la importancia de compartir experiencias y consolidar solidaridades en favor del medio ambiente.
Durante su estancia, los especialistas ucranianos presentaron sus investigaciones en el continente blanco y lanzaron una cordial invitación a científicas y científicos mexicanos para que participen en los estudios biológicos en ese entorno extremo.
Una primera reunión con impacto tangible
La directora de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra (ENCiT), Beatriz Ortega Guerrero, consideró que este acercamiento inicial sienta las bases para una participación fluida entre el profesorado, los estudiantes y las agencias responsables de los estudios antárticos en ambos países.
Por su parte, Patricia Margarita Valdespino Castillo, presidenta de la Agencia Mexicana de Estudios Antárticos (AMEA), enfatizó los desafíos ambientales que enfrentan los ecosistemas, incluyendo sequías severas que ya afectan a México, y puntualizó que Ucrania se presenta como un colaborador estratégico en temas antárticos, gracias al conocimiento y equipos que posee.

Una mirada global y colaborativa
Evgen Dykyi, director del NASC, describió la Antártica como “un territorio vasto y una trinchera que puede ser como Marte o la Luna… donde no hay propiedad privada, donde todos podemos estar”, resaltando que este espacio ofrece un laboratorio invaluable para intercambiar ideas y metodologías.
En términos tecnológicos, Valeriy Olefir, consejero de la Embajada de Ucrania en México, señaló que su país cuenta con capacidades avanzadas en los ámbitos antártico, espacial y aeroespacial, y se mostró dispuesto a compartirlas como parte de este proyecto de cooperación .
Un acuerdo que abre puertas
El encuentro culminó con la firma de una carta de intención en el auditorio “Dr. Agustín Ayala Castañares” del ICMyL entre representantes de la AMEA y del NASC. Este convenio constituye un paso significativo para que más científicas y científicos mexicanos se integren a misiones conjuntas destinadas a comprender los procesos climáticos, la biodiversidad y los cambios ambientales en la Antártica.
Una ventana abierta
Esta alianza emergente entre México y Ucrania no solo refuerza la relevancia de la cooperación científica en tiempos de incertidumbre, sino que también abre una ventana para que talentosos académicos mexicanos desempeñen un papel activo en investigaciones globales de frontera. En un mundo fragmentado, la ciencia se configura como un puente que atraviesa océanos, latitudes e ideologías en pos de proteger nuestro planeta compartido.