El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, ya están en ruta hacia Alaska para mantener un encuentro de alto nivel que ha despertado expectativas internacionales. La cumbre, que se celebrará en la ciudad de Anchorage, marca el primer cara a cara entre ambos líderes desde su reunión en Helsinki en 2018.
El encuentro tiene lugar en un momento de máxima tensión global, con el conflicto en Ucrania aún sin una resolución clara tras más de tres años de guerra. Aunque no se ha confirmado oficialmente que la reunión tenga como objetivo directo una negociación de paz, ambas partes han dejado entrever que el conflicto ucraniano será uno de los temas centrales.
Vladimir Putin ha hecho una escala técnica en la ciudad rusa de Magadán, en el extremo oriente del país, antes de cruzar el Pacífico hacia territorio estadounidense. Según el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, el mandatario aprovechará la escala para reunirse con autoridades locales y visitar una planta industrial.
En paralelo, el presidente Trump despegó desde la Base Conjunta Andrews, cerca de Washington D.C., a bordo del Air Force One. Horas antes de partir, publicó un escueto pero contundente mensaje en su red social Truth Social: “¡Apuestas elevadas!”, alimentando aún más la expectación global en torno al encuentro.
Agenda de la cumbre
De acuerdo con la agenda de la Casa Blanca, la reunión entre Trump y Putin comenzará a las 11:00 hora local de Anchorage (21:00 hora peninsular en España). Está previsto que primero mantengan un encuentro privado, seguido de una reunión ampliada con miembros de ambas delegaciones.
Al cierre de la jornada, ambos líderes ofrecerán una rueda de prensa conjunta, donde se espera que informen sobre los puntos tratados y, posiblemente, anuncien acuerdos o próximos pasos.
La comunidad internacional sigue con atención esta cumbre, que podría representar un punto de inflexión en el conflicto entre Rusia y Ucrania, especialmente en un contexto en el que las posiciones diplomáticas han permanecido estancadas durante meses. Observadores políticos y analistas coinciden en que, más allá de los resultados concretos, el simple hecho de que Trump y Putin se reúnan ya es significativo.
