Del Monte Foods, uno de los nombres más emblemáticos en la industria alimentaria de Estados Unidos, se acogió a la protección por bancarrota bajo el Capítulo 11, mientras avanza en la venta de sus activos en un proceso supervisado por un tribunal federal. La decisión busca estabilizar sus finanzas y preparar el terreno para una reestructuración profunda que permita “crear un Del Monte más fuerte y duradero”, según señaló la empresa.
Entre los factores que llevaron a esta medida destacan el impacto de la inflación, el aumento de los costos por aranceles, especialmente al acero durante la administración de Donald Trump, y una caída sostenida en las ventas de sus productos enlatados, que ya no son tan atractivos para consumidores que buscan opciones más frescas, saludables y asequibles.
“Aunque vimos crecimiento en marcas como Joyba y nuestros caldos en 2024, no fue suficiente para compensar la debilidad en el segmento principal de alimentos enlatados”, reconoció la empresa en un comunicado oficial.
Pese a la situación financiera, Del Monte Foods aseguró un financiamiento por 912.5 millones de dólares, lo que permitirá que sus operaciones continúen con normalidad mientras se lleva a cabo la venta planificada de activos.
#ÚLTIMAHORA 🚨 | De acuerdo con Bloomberg, la gigante productora de frutas enlatadas Del Monte Foods se declaró en quiebra, a menos de un año de llevar a cabo una controvertida reestructuración de su deuda
— El Financiero (@ElFinanciero_Mx) July 2, 2025
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Historia y actualidad
La historia de Del Monte se remonta a 1886, cuando la marca apareció por primera vez en productos alimenticios en California. Desde entonces, ha sido un actor clave en el desarrollo del etiquetado nutricional en Estados Unidos y expandió su operación a México, con una planta en Irapuato, Guanajuato, aprovechando la riqueza agrícola de la región.
Ahora, la icónica compañía enfrenta una etapa de transformación forzada por el cambiante entorno económico y los nuevos hábitos de consumo. El desenlace del proceso judicial y la eventual venta definirán el futuro de una marca que por más de un siglo fue sinónimo de alimentos enlatados en millones de hogares.