La encuesta EnBoga publicada esta semana en la red social X ha generado revuelo entre los usuarios al preguntar abiertamente: “De todos los personajes cuestionables de Morena, ¿quién es el más impresentable?”
Los resultados ofrecen una fotografía reveladora del sentir ciudadano en redes sociales respecto a algunas de las figuras más visibles del oficialismo. En una cerrada competencia, la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, lideró la encuesta con el 33.3 % de los votos, tras el retiro de su visa por parte del gobierno estadunidense por presuntos vínculos con grupos delincuenciales.

Le siguieron el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, con un 30 %, y el actual gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, con un 26.7 %. En el último lugar de esta polémica lista se ubicó el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, con un 10 %.
¿Qué hay detrás de estos números?
La encuesta refleja el creciente escrutinio público hacia algunos actores clave del partido gobernante. El resultado de Marina del Pilar coincide con recientes críticas en medios y redes sociales por su estilo de gobierno y acusaciones de falta de transparencia.
Adán Augusto López, considerado uno de los hombres más cercanos al presidente López Obrador, ha sido señalado por su papel en su paso por la Segob, pero sobre todo, por su relación con su ex secretario de seguridad, Hernán Bérmúdez, quien es buscado por interpol por encabezar al grupo La Barredora, vinculada al huachicol y negocios ilícitos, lo que le ha generado tanto respaldo como rechazo en distintos sectores.


Cuauhtémoc Blanco, exfutbolista convertido en gobernador, ha sido un personaje particularmente polémico, con señalamientos de presunta corrupción, violación y vínculos con personajes del crimen organizado, que él ha negado tajantemente.
Por su parte, Rubén Rocha Moya mantiene una imagen relativamente más discreta, lo que podría explicar su bajo porcentaje en la encuesta.
Redes sociales como termómetro político
En la era digital, encuestas como la de EnBoga —aunque informales— tienen la virtud de poner sobre la mesa conversaciones incómodas, reflejar percepciones colectivas y marcar tendencias sobre cómo son vistos los actores políticos más allá de sus discursos oficiales.
Ante un escenario electoral en constante cambio, estos ejercicios también muestran el desgaste que pueden sufrir algunos cuadros del partido oficialista, especialmente aquellos con mayor exposición mediática o señalamientos públicos.
Te invitamos a participar en nuestra encuesta semanal EnBoga.
