En un escenario que mezcla cooperación y controversia, este miércoles se reportó el sorpresivo sobrevuelo de un dron de vigilancia estadounidense, proveniente de Texas, específicamente conectado a San Angelo, en los cielos del centro de México. El hallazgo surge justo después de la extradición a Estados Unidos de 26 narcotraficantes, realizada el día anterior, en medio de un proceso de seguridad colaborativa entre ambos países.
Lo que dicen los reportes
El periodista Rosendo Chavarría alertó en redes sociales:
“ÚLTIMA HORA: Telemetría de @flightradar24 muestra a un aparente dron de vigilancia estadounidense sobrevolando el centro de México.”
Por su parte, Johnny Gemini —junto a la comunidad aeronáutica digital— identificó la aeronave como un MQ-9B Guardian operado por la U.S. Customs and Border Protection (CBP), con el distintivo CBP-113 #AE2FD0, reportado como misión TROY701, partiendo desde San Angelo y operando al oeste de Toluca.
Interesting. A US CBP MQ-9B Guardian (shows as USAF on FR24) CBP-113 #AE2FD0 as TROY701 out of San Angelo, appears to be operating W of Toluca.
— Johnny Gemini (@Borrowed7Time) August 13, 2025
H/T to @sipjack1776 for the spot@All_Source_News @natsecboogie @ioangrillo @KatarinaSzulc pic.twitter.com/IQi18gAxeC
¿Qué sabemos del MQ-9B Guardian y su uso operativo?
El MQ-9B Guardian forma parte de la flota de drones no tripulados de la CBP, adaptada para misiones marítimas y de vigilancia desde bases como Cabo Cañaveral (Florida) y Corpus Christi (Texas). Estos aparatos cuentan con radar SeaVue de apertura sintética y sensores electro-ópticos e infrarrojos, capaces de operar de manera persistente en vigilancia y recolección de inteligencia.
Vale subrayar que estas operaciones están asignadas habitualmente a misiones en zonas fronterizas o marítimas, y su presencia sobre territorio mexicano, incluso aliado, plantea tensiones sobre límites de soberanía.

¿Por qué ahora y qué implica?
El suceso ocurre justo tras la extradición de 26 narcotraficantes a EE.UU., lo que ha sido calificado como un gesto de cooperación en materia de seguridad. No obstante, el despliegue aéreo de un dron de vigilancia directamente sobre territorio nacional abre interrogantes incómodos:
- ¿Es este vuelo parte de un acuerdo formal de cooperación en materia de inteligencia y seguridad? No hay declaraciones oficiales al respecto por parte de las autoridades mexicanas o de la CBP.
- ¿Implica una erosión paulatina de nuestra soberanía aérea? La presencia de inteligencia estadounidense en nuestro espacio aéreo, sin declaración pública previa, se percibe como un acto de sobrevuelo no consensuado.
- ¿Qué límites jurídicos y diplomáticos se han establecido, si acaso existen? La opacidad alrededor de estos vuelos impide que la ciudadanía pueda evaluar los límites de cooperación bilateral.
Por su parte, Rosendo Chavarría, en entrevista con Azucena Uresti, declaró que la intención era que fuera identificado, pues estos drones pueden volar sin ser vistos, por lo que es probable que exista intención de ser visto.
ÚLTIMA HORA: Telemetría de @flightradar24 muestra a un aparente dron de vigilancia estadounidense sobrevolando el centro de México. pic.twitter.com/4Ll1kO7sMW
— Rosendo Chavarría (@RosendoChV) August 13, 2025
Voces críticas: ¿invadir sin declarar?
Desde una óptica periodística especializada y con más de diez años de trayectoria cubriendo temas de seguridad y soberanía, es imprescindible alertar sobre las implicaciones de este hecho:
- La vigilancia con drones no tripulados es intrusiva por naturaleza: permite monitorear territorio, personas y actividades sin presencia física directa, erosionando los símbolos tradicionales de soberanía.
- Ausencia de transparencia: ni el gobierno mexicano ni la CBP han emitido comunicación oficial, lo que debilita la confianza en el proceso cooperativo y abre espacio a sospechas sobre la naturaleza de la operación.
- Normalización peligrosa: permitir este tipo de vuelos sin consulta pública podría sentar precedentes para un control más extenso y opaco del espacio aéreo por parte de fuerzas extranjeras.

Necesaria la transparencia, protocolos claros y rendición de cuentas
La extradición de 26 presuntos narcotraficantes a Estados Unidos simboliza una cooperación sólida, quizás necesaria, en seguridad. Pero el sobrevuelo de un dron MQ-9B Guardian salido desde Texas sobre el Valle de Bravo, sin claridad pública ni marco jurídico visible, traslada esta cooperación a una zona gris donde los derechos soberanos del Estado se diluyen.
Mexico debe exigir mayor transparencia, protocolos claros y rendición de cuentas: permitir el apoyo en materia de seguridad no debe significar entregar el control de nuestro espacio aéreo ni aceptar una vigilancia extranjera tácita e indefinida.