El discurso de la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, sobre la entrega de 1,000 viviendas “asequibles” listas para 2025 se tambalea. Una respuesta oficial del Instituto de Vivienda de la Ciudad de México (INVI), obtenida vía Ley de Transparencia, revela que no existe información que respalde la existencia de estas casas, ni sus direcciones, dimensiones o condiciones.
El pasado 11 de julio de 2025, Brugada aseguró en un evento público, transmitido por YouTube, que su administración ya tenía listas mil viviendas como parte del programa “Vivienda Pública para Renta”, incluyendo algunas destinadas a damnificados del sismo de 2017. Sin embargo, la respuesta oficial del INVI —oficio CPlE/UT/001601/2025— indica que el programa apenas está en fase de elaboración normativa y no cuenta con un padrón, inventario o datos concretos de los inmuebles.
Naomi Dbash Morato, coordinadora de Planeación, Información y Evaluación del INVI, informó que todavía se están definiendo los requisitos de acceso y los procedimientos internos del programa, por lo que la información se hará pública solo cuando se publique la normatividad aplicable. Por su parte, el director ejecutivo de Promoción y Fomento de Programas de Vivienda, Manuel Luis Labra, reconoció que no se cuenta con la información solicitada. El arquitecto Hugo Adolfo Gauna Díaz, coordinador de Asistencia Técnica también confirmó que no tiene registros del programa.

En otras palabras, el ambicioso anuncio de Brugada carece de sustento documental a un mes de haberse hecho público, lo que alimenta críticas sobre el uso de promesas no verificables como herramienta política.
Este vacío de información no solo pone en entredicho la veracidad del compromiso gubernamental, sino que también exhibe un patrón recurrente en la política morenista evidente desde el esexenio pasado: presentar programas como hechos consumados antes de que existan bases legales, presupuestales o logísticas para cumplirlos, como ocurrió, por poner un ejemplo, con la refinería Dos Bocas.
Mientras tanto, miles de capitalinos que esperan una vivienda asequible se enfrentan a una realidad distinta a la que pintó la Jefa de Gobierno: un programa que, en papel, apenas está naciendo y cuya promesa de “1,000 casas listas” sigue sin comprobarse.
